Vivir una vida con sentido es una de las aspiraciones más profundas del ser humano. Desde la psicología, se ha reconocido que el sentido de la vida no es simplemente un añadido, sino un componente esencial del bienestar psicológico.

Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, fue uno de los pioneros en sistematizar esta búsqueda en su obra El hombre en busca de sentido, donde afirmó que “quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”.

Desde la psicología, la construcción de una vida con sentido no es un hallazgo azaroso, sino un proceso dinámico que involucra introspección, vínculos, metas y resignificación. Veamos algunos de estos elementos:

-El autoconocimiento es la base del desarrollo personal y psicológico. Implica explorar nuestras emociones, pensamientos, creencias, fortalezas y heridas. Conocerse a sí mismo permite comprender las motivaciones que guían nuestras decisiones, identificar patrones que generan sufrimiento y tomar decisiones más alineadas con los valores personales.

-Metas. Tener un propósito no significa tener un plan detallado para toda la vida, sino contar con una dirección hacia la cual orientarse. El propósito da coherencia a las acciones y conecta lo cotidiano con lo trascendente. En terapia se acompaña al paciente a identificar metas que vayan más allá del placer inmediato y que se vinculen con ideales personales, como ayudar a otros, desarrollar una vocación o defender una causa.

-El ser humano es esencialmente relacional. Diversos estudios muestran que las relaciones profundas y significativas son una fuente inagotable de sentido. Amar y sentirse amado, confiar y recibir confianza de los demás, compartir experiencias y apoyarse mutuamente son elementos que otorgan estabilidad emocional y pertenencia. En terapia, muchas personas descubren que el dolor más profundo está ligado a vínculos rotos o ausentes, y que sanar esas relaciones, o construir nuevas, puede reconfigurar el sentido de su vida.

-La trascendencia implica conectarse con algo que supere al ego: puede ser lo espiritual, una causa humanitaria o el legado que se quiere dejar. Desde la logoterapia, este es un componente esencial del sentido de la vida. Quienes experimentan esta conexión suelen desarrollar una mayor capacidad para tolerar el sufrimiento, ya que lo interpretan dentro de un marco mayor.

Cada uno de estos factores actúa como una pieza del rompecabezas que compone una vida con sentido. ¿Cómo están estos factores en tu vida?

Me gustaría terminar estas reflexiones resaltando que una vida con sentido no es un destino al que se llega, sino un camino que se recorre con autenticidad, apertura y responsabilidad. La psicoterapia y la consejería nos ofrecen herramientas para transitarlo con mayor conciencia y plenitud.

@drjosegonzalez