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L a situación de orden público continúa en números rojos en el país. Dos masacres, una en Nariño y en La Guajira, y un enfrentamiento entre el Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Nacional han llenado de sangre los corredores rurales de Colombia en menos de 72 horas.

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El miércoles por la noche cuatro personas fueron asesinadas con tiros de gracia en una zona rural del departamento de Nariño cuando un grupo armado los ejecutó en una vía, informó el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).

Con esta son seis las masacres registradas en Colombia en marzo y 27 en lo que va de año, según las cifras de Indepaz. También en lo que va de 2023 han sido asesinados 31 líderes sociales, según el registro del observatorio de esta organización.

Indepaz también informó que se han notificado enfrentamientos entre grupos armados en el municipio de Cumbitara, Nariño.

Putumayo, fronterizo con Ecuador y uno de los departamentos más aislados de Colombia, es escenario de conflicto entre grupos armados y uno de los más violentos del país. Hay presencia de disidencias de las Farc –de los llamados Comandos de la Frontera y del Estado Mayor Central– y de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Además de ser una región productora de coca, es un paso fundamental para las rutas de narcotráfico, lo que se traduce en que es una de las regiones más violentas para la población civil y para los defensores de derechos humanos y líderes sociales.

En La Guajira

Por otro lado, tres hombres, entre ellos un padre y su hijo, ambos pertenecientes a la etnia wayuu, fueron asesinados a tiros al parecer cuando se encontraban en una zona enmontada adyacente a una invasión localizada en Albania.

En el sitio fueron baleados los ciudadanos Rafael Antonio Sapuana, Luis Gregorio Brito Brito, padre e hijo respectivamente, y el tercer hombre asesinado fue Aldair Arafat Marchena Gil, un habitante de esta comunidad, de 25 años y conocido como ‘el Mono’.

Los cuerpos de los dos primeros hombres mencionados fueron reclamados por mujeres de la etnia wayuu que manifestaron renunciar a los derechos de los procedimientos de necropsia y otros protocolos de la justicia ordinaria en cumplimiento de los acuerdos de las dos formas de justicia, la propia de su cultura y la ordinaria.

Conflicto en Antioquia

Los habitantes de dos veredas, Naranjal y Tinitacita, en Amalfi, Antioquia han sufrido en las últimas horas al quedar en medio del fuego cruzado del Ejército, el ELN y el Clan del Golfo.

'Venían extorsionándolos y por eso llegamos a estos puntos. En estos momentos nos encontramos en combate con las dos estructuras', explicó el coronel Manuel González, comandante de la Brigada 14.

Debido a lo anterior, el comercio se mantiene cerrado.