'Hasta las gallinas se quemaron'. De esa manera resumió Jaider Gutiérrez, un habitante de la invasión del barrio San Francisco, en el municipio de Ponedera (Atlántico), lo que fue la tragedia que acabó con su vivienda.
Hacia las 6:30 de la tarde del viernes 10 de enero los habitantes de la invasión se vieron sorprendidos por las llamas. Un 'posible cortocircuito por las fuertes brisas', según indicó la subdirectora de la oficina de Prevención y Atención de Desastres, Candelaria Hernández, fue la posible causa para que el fuego consumiera seis viviendas, dejando a siete familias afectadas. De acuerdo con los damnificados fueron cuatro las casas consumidas completamente por el fuego, mientras dos más sufrieron afecciones sin llegar a ser destruidas en su totalidad.
El hecho, que duró alrededor de dos horas, fue calmado por los mismos habitantes de las casas y vecinos, quienes se vieron obligados a tumbar la última vivienda incinerada 'para que no se quemara todo lo demás', puesto que, según cuentan, 'los bomberos llegaron cuando ya estaba casi todo apagado'.
Aún se siente el calor del incendio al llegar a las casas construidas de madera en un sector vulnerable del municipio. Éstas no fueron obstáculo para que el incendio acabara con todo a su paso. 'Quedé sin ropa, mis niños quedaron descalzos', afirma Jeimy Escorcia, una venezolana que había llegado de su país hace seis años, cuatro de ellos en la invasión donde ocurrió el suceso.
La mujer, que se encuentra en embarazo, cuenta dónde estaba en el momento que sucedieron los hechos: 'yo estaba en la tienda y en mi casa estaban mis dos hijos, uno de nueve y otro de siete, cuando escuché que se estaba quemando pero no me dejaban pasar. Mi niño pequeño estuvo a punto de quemarse pero logró salir'.