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Muchos lo ignoran. Otros prefieren no hablar del tema. Y están también los que ni siquiera saben que lo tienen. Así de silencioso y subestimado es el cáncer de próstata, una enfermedad que afecta a miles de hombres cada año y que, sin embargo, sigue siendo invisible en la conversación cotidiana sobre salud.

Este tipo de cáncer, que se desarrolla en la glándula prostática (responsable de producir el líquido que transporta los espermatozoides), es el más frecuente en hombres mayores de 50 años. Y aunque su diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, aún hay una fuerte resistencia a realizarse los exámenes que podrían detectarlo a tiempo.

“Al cáncer de próstata se le conoce como ‘el asesino silencioso’ porque al igual que muchas enfermedades en el cuerpo, como ocasionalmente la diabetes o la hipertensión, son enfermedades que transcurren sin síntomas iniciales”, dijo Luis Enrique Abuchaibe, cirujano urólogo.

Uno de los principales peligros de esta enfermedad radica en su capacidad para avanzar sin manifestaciones evidentes.

“El paciente siente que está orinando bien y ya cuando se le hacen los exámenes de pesquisaje o los exámenes de rutina en laboratorio en sangre es que se da cuenta uno que el antígeno prostático está elevado y el tacto rectal es sospechoso para patología de cáncer”.

Y así fue como sorprendió al ex presidente de Estados Unidos Joe Biden, quien a sus 82 años fue diagnosticado con uno de los tipos más agresivos de esta enfermedad.

Según reportes de su oficina, el diagnóstico llegó el pasado viernes, tras haber sido evaluado por un especialista la semana anterior debido a síntomas urinarios.

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El cáncer de próstata no es uniforme. Su agresividad se clasifica mediante la escala de Gleason, un sistema que va del 2 al 10. “El grado 2 es el cáncer menos agresivo. Siendo todos agresivos y malignos, el 2 es menos agresivo, y el grado 9 de Gleason es uno de los más agresivos, con una diferenciación celular muy marcada”, afirma el especialista.

En etapas más avanzadas, el cáncer puede trascender la glándula prostática como sucede con el expresidente. “En estado 5 significa que el cáncer ya ha salido de la glándula prostática y se encuentra invadiendo órganos, ya sea vecinos o a distancia, lo que se llama metástasis. Normalmente este tipo de cáncer tiene predilección por la metástasis a nivel lumbar, en la columna vertebral, sobre todo en huesos como el húmero, fémur, clavícula, esternón, costillas o la región lumbar”.

No hace ruido

Este enemigo silencioso no hace ruido, no siempre da señales, pero su presencia se hace más común a medida que los años avanzan. “El cáncer de próstata aumenta con la edad. Entre más años cumplimos los hombres, mayor es la incidencia de diagnosticar esta enfermedad”, expresó el urólogo Juan Lacouture.

De acuerdo con el especialista, alrededor del 40 % de los pacientes que consultan lo hacen cuando la enfermedad ya está en un estado avanzado. Y lo más alarmante: de esos casos, el 24 % presenta metástasis, es decir, el cáncer ya se ha propagado a otros órganos, comprometiendo seriamente las posibilidades de recuperación.

“La clave está en la detección temprana. La edad ideal para comenzar la evaluación prostática es a los 40 años, especialmente si el paciente tiene antecedentes familiares por la línea paterna. A partir de esa edad, es ideal realizar antígeno prostático específico (PSA) y tacto rectal”.

¿No se previene?

Aunque aún no existe una fórmula para prevenir el cáncer de próstata como tal, la consulta temprana es considerada por los expertos como la forma más efectiva de control. “No se puede prevenir con medicamentos, pero sí con seguimiento. En personas afrodescendientes, por ejemplo, la incidencia es mayor, mientras que en poblaciones orientales, como los japoneses, es mucho menor”.

¿Por qué esta diferencia? La respuesta puede estar en la alimentación. “Una teoría que se maneja es el consumo de grasas saturadas. En culturas con dietas más bajas en este tipo de alimentos, la presencia de cáncer de próstata es considerablemente menor”.

El silencio de sus síntomas

Por su parte, el oncólogo genitourinario Ray Manneh dijo que “cuando este cáncer se detecta en etapas avanzadas es porque habitualmente el paciente no ha acudido a los controles de manera habitual”.

La mayoría de los hombres, por desinformación, miedo o machismo, no se someten a los exámenes de rutina que permitirían detectar a tiempo esta enfermedad. “En sus fases iniciales, el cáncer prostático presenta señales que pueden confundirse fácilmente con patologías benignas, como la hiperplasia prostática, que son dificultades a la micción”, detalla Manneh.

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Esto significa que la micción puede verse alterada cuando la próstata comienza a agrandarse, ya sea por una condición benigna (como la hiperplasia prostática benigna o HPB) o por la presencia de células malignas.

Entre los síntomas que comparten ambas condiciones se encuentran: dificultad para iniciar el flujo urinario, sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga, entre otros.