Una pareja de constructores que mezcla simplicidad y elegancia

El amor permite que exista una mezcla de contrastes, tanto de estilos como de personalidad, ecualizando todo a una sintonía perfecta. Mientras que el ingeniero civil Gustavo Villa, quien hace 32 años construye grandes edificaciones como líder de CNV Hub, es dueño de un discurso rápido y camina a igual ritmo, su esposa, Cristina Molina, diseñadora de interiores, es más reposada al momento de hablar y gesticular.

Ellos han logrado comprenderse a la perfección y juntos emprenden proyectos de gran envergadura como la construcción y decoración del Hotel Sites Barranquilla, que abrió sus puertas el pasado sábado 2 de julio con una propuesta diferente.

La edificación que cuenta con 80 habitaciones, bar, restaurante, piscina, gimnasio y un auditorio con capacidad para 120 personas es la primera en el país en ser recubierta en su totalidad con pintura acrílica. Además, maneja un concepto de interiorismo cuya filosofía es 'menos es más'.

EL HERALDO realizó un recorrido por los 16 pisos de este hotel, ubicado en la calle 1A No 24-16, en el Portal del Genovés, Puerto Colombia, y palpó cómo algunos objetos antiguos como máquinas de coser, una mesa de ebanistería o una obsoleta señal de tránsito le dan un toque diferencial a lugares como el lobby y el restaurante.

Su señalética simple y los colores gris y beige en las paredes se combinan con el blanco de los techos y las camas. 'Transmitimos tranquilidad a los huéspedes, por eso nos consideramos su mejor compañero de viaje', afirma Villa.

La propuesta del lobby es original, ya que está integrada por dos enormes paredes en las que confluyen murales, libros, lámparas, un gramófono, botellas de vidrio, entre otros objetos. 'Nuestro concepto de alojamiento de autor se caracteriza por un estilo ecléctico en el que todo tiene cabida. Aquí la persona experimenta el balance entre lo exquisito y premeditado entre nuestra arquitectura cosmopolita, con la calidez de un alojamiento íntimo y acogedor en espacios donde prevalece la comodidad de un apartamento de lujo, sereno y sofisticado', explicó Cristina Molina.

Este matrimonio paisa que ya construyó en Barranquilla la Torre Caribe de Bancolombia y desde este martes le empezó a dar vida a ‘Simplicity’, proyecto integrado por cien apartamentos, se ha convertido en contador de historias.

Al final de cada pasillo, han sido ubicados murales y también fotografías captadas en sitios emblemáticos de la ciudad, lo que le da un toque de identidad barranquillera a cada piso. Un mural que refleja una pared con calados y algo de pintura 'cascareada', una ventana del antiguo Banco Dugand en el centro de la ciudad, los quioscos de Salgar y el muelle de Puerto Colombia se van observando al subir cada nivel.

Las habitaciones también escapan de la media habitual, que oscilan entre 24 a 28 m², en el Sites Barranquilla las habitaciones son de 38 m². Además, están dotadas con sofá camas y algunas están conectadas con algunas puertas, una opción atractiva para las familias numerosas.

Cristina Molina se refirió al papel que cumplen los libros no solo en la decoración de ciertos rincones, sino también porque se convierten en aliados claves en el concepto del hotel. 'Todos nuestros lobbys son bibliotecas, el concepto de libros y de lectura siempre ha estado dentro de nuestro ADN. Los libros son muy importantes para nosotros porque no solamente son decoración, sino que también hacen parte de la vida del huésped, este cuando llega muchas veces se encuentra un libro que por ejemplo lo ha estado buscando por mucho tiempo, entonces también hacemos canje de libros o el huésped se lo puede llevar a la habitación'.

Algo que también resalta la pareja es que este es un hotel de puertas abiertas para todos. Su piscina jacuzzi con vista a la ciénaga de Mallorquín, el restaurante Étnico y el bar Mangle también están disponibles a todo público de seis de la mañana a nueve de la noche.

Andrés Hoyos, chef que asesora el montaje de cada restaurante del Sites, contó que cuentan con una carta casual, enfocada en la calidad del producto. Detalló que el plato más costoso tiene un precio de $42.000, con proteínas de primera calidad y carne madurada, lo que en otros lugares oscila entre $50 a $60 mil pesos. 'Le damos importancia a los platos locales, en Barranquilla hay una gran influencia libanesa y turca, así que aquí podemos preparar un arroz con lentejas y todo este tipo de productos que hacen parte del día a día de la gastronomía barranquillera. En Montería tenemos unos platos muy especiales de mote de queso, en Medellín un buen tocino, frijoles y una buena arepa. Entonces estamos resaltando también la gastronomía colombiana'.

Por último destacó que la carta está hecha para la familia. 'Tenemos platos muy divertidos, con una línea de hamburguesas que creamos que mezcla tres carnes, algo que es muy interesante para niños y adultos'.