Rincón Juniorista | EL HERALDO

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Héctor Gerardo Méndez (derecha) celebra un gol rojiblanco con Valenciano, Pacheco y Cristian Montecinos. Archivo
Rincón Juniorista

“Ese penal fallado no opaca mi paso por Junior”: Héctor Gerardo Méndez

El exjugador charrúa, campeón con Junior en 1993 y 1995, recuerda su buen paso por el equipo rojiblanco. Recordó el penal fallado en la Libertadores.

Héctor Gerardo Méndez dejó huella en Junior. Llegó al cuadro barranquillero tras el fallido intento por vestir al histórico Leonel Álvarez de rojiblanco y terminó consolidándose en los equipos campeones de 1993 y 1995.

Le tocó vivir una dura experiencia, fallar el penal que hubiese llevado a Junior a su primera final de Copa Libertadores en 1994, pero él no se amilanó. Levantó la cabeza, asumió su falló con responsabilidad y siguió peleando por la rojiblanca, esa le dio el poco reconocimiento que hoy tiene. “En Uruguay soy uno más, me conocen más en Colombia, y eso me lo dio Junior”, dice sin tapujos.

En diálogo con EL HERALDO, Méndez recuerda su paso por Junior, el que calificó de “muy exitoso”.

Héctor Méndez junto a su familia en Uruguay. Archivo
P.

¿Qué hay de la vida de Héctor Gerardo Méndez?

R.

En la ciudad de Rocha, en la cual nací, a 200 km de la capital. Estoy trabajando como entrenador en la escuela formativa de un club acá.

P.

¿Desde el retiro siempre se ha dedico a la formación de jugadores?

R.

Sí, claro. En algún momento dirigí el primer equipo, pero hace años. Luego me dediqué a la formativa.

P.

¿Cómo lo ha tratado la vida después del retiro?

R.

Bien. Terminé mi carrera en el Rocha FC, que alcanzó a ganar un Apertura en Uruguay. Después decidí colgar los guayos, hice el curso de entrenador y me he dedicado a eso, a formar jugadores que es lo que me gusta.

P.

¿El fútbol le dejó sus cosas para vivir bien?

R.

Vivo al día, como todo el mundo. No le debo nada a nadie y trabajo para poder salir adelante. Nadie me regala nada, así como pasó durante todos mis años de carrera profesional.

P.

¿Qué recuerdos tiene de Barranquilla y su paso por Junior?

R.

Los mejores recuerdos. Viví una etapa linda de mi vida allá. Llegué con mucha experiencia. El primer año fue de adaptación, en el 92, con el ‘Zurdo’. Y luego en el 93 con Comesaña se armó un gran equipo y tuvimos la suerte de ser campeón dos veces, ese año, y luego en 1995. Solo tengo palabras d agradecimiento con los compañeros, cuerpo técnico, directivos  y con la ciudad. Todo lo que puedo hablar de Barranquilla es para bien.

P.

¿Cómo se dio su llegada a Junior?

R.

Mi llegada se da porque me fue muy bien en Bucaramanga. Recuerdo que Leonel (Álvarez) tenía todo listo para arreglar con Junior, pero no sé qué pasó y terminó yéndose para el América. En ese momento Junior rastrea el mercado para un reemplazo y me busca a mí, que venía de hacer una gran liguilla con Bucaramanga. El ‘Zurdo’ me pidió, pero el que hizo todo para que yo fuera fue el profesor Carlos Ortega del Río. A él como que le preguntaron que buscara o recomendara a un volante uruguayo y él les dijo: ‘lo tienen allá en Colombia, lleven a Méndez’. Ese fue el último empujoncito. Y pensar que si llegaba Leonel no iba yo (risas), así es la vida y el fútbol.

P.

¿Aún mantiene contacto con excompañeros en Junior o esos contactos se han ido perdiendo con el paso de los años?

R.

Gracias a la tecnología los contactos no se pierden. Quizá uno habla menos con ellos, pero al final siempre te recuerdan y cuando tienen la oportunidad te envían algún saludo. Por ejemplo, hace poco, el día de mi cumpleaños, el ‘Pibe’ me mandó un video. Jorge Bolaño y Víctor Pacheco también se acuerdan mucho de mí. Adriano Samaniego, el paraguayo, con el que hice una linda amistad allá, también se contacta mucho conmigo.

P.

¿Un orgullo haber hecho parte de ese equipo, uno de los más grandes de la historia del club?

R.

Si es el equipo más grande o es uno de los más grandes de la historia del club ya eso lo dirá la gente. Pero para mí sí es un orgullo haber hecho parte de esa generación, mucho más por ser extranjero y porque considero que el fútbol colombiano en esa época era mucho más fuerte, más competitivo. Agradecido con todos los compañeros y con el apoyo de la gente.

P.

¿Vivió en Junior el mejor momento de toda su carrera?

R.

Yo los únicos títulos que conseguí en mi carrera los logré con Junior, porque era un equipo grande. En Pereira y Bucaramanga era muy difícil salir campeón. Jugar en un equipo grande, con buenos jugadores, te facilita mucho las cosas. Ese equipo línea por línea tenía jugadores de calidad, hasta en el banco teníamos gente que podía ser titular en cualquier equipo del país. Es por eso, quizá, que allá rendí bastante, pero yo creo que a mí me fue bien en mi carrera en general. En Bucaramanga me fue bien también, ese nivel me llevó a Junior.

P.

¿Qué recuerdo tiene de la relación que tuvo con la familia Char, la dueña del equipo?

R.

Los mejores. Recuerdo muy bien que cuando salimos campeones en el 93 nos hicieron una fiesta en el Hotel del Prado y la señora —Adela de Char— nos dio un aniño con el escudo del Junior. Un buen recuerdo, la pasamos muy bien ese día, aún tengo fotos de esa fiesta y las veo muy seguido (risas). Los Char apoyaban mucho al equipo. Nosotros les pagábamos con los campeonatos, pero ellos siempre estuvieron ahí para apoyarnos.

P.

¿Aún conserva el anillo?

R.

Claro que sí, ese anillo es una reliquia para mí y así lo trato. No lo uso a diario, lo tengo guardadito (risas).

P.

¿Qué recuerdos tiene de la Copa Libertadores de 1994, la participación más grande que ha tenido Junior en el máximo torneo continental llegando hasta semifinales?

R.

Fue una Copa muy bonita, que sacamos adelante a pesar de los impasses que tuvimos, especialmente la salida de algunos jugadores. Ese partido contra Vélez tuvimos que haberlo jugado en la tarde, porque creo que el resultado hubiese sido más amplio. En esa época, a nivel de Sudamérica, Junior no tenía mucha fuerza, así que no le alcanzaba para acomodar horarios. Estoy seguro que de tarde no nos hubiesen aguantado. Ganamos 2-1 igual. En Buenos Aires tuvimos algunos problemas de formación. En los penales estábamos para ganar y se arma una trifulca innecesaria, justo cuando me toca patear a mí, y Chilavert tapa el disparo. Luego a Ronald 
(Valderrama) le pega en el palo y quedamos afuera. Merecimos más, porque creo que fuimos superiores.

P.

¿Qué recuerda de esa trifulca?

R.

Yo no participé en la trifulca, solo miraba desde lejos. Luego, ya en el camerino, es que empiezo a preguntar qué había pasado y me dijeron que Oswaldo les dijo algo a ellos, se burló de algo, y luego pasó lo que tenía que pasar. Si yo lo hacía pasábamos nosotros, una lástima. Siempre pienso qué hubiese pasado si no se arma ese lío y no se enfría el momento previo a mi cobro.

P.

En una entrevista con EL HERALDO, el ‘Pibe’ dijo una vez que en esa tanda fallaron, quizá, los dos que mejor le pegaban a los penales en el equipo, Ronald Valderrama y usted…

R.

Si lo dice el ‘Pibe’, puede ser cierto. Aunque recuerdo que Valenciano y Mackenzie también le pegaban muy bien. A mí me parece que eso es una cuestión más anímica y de suerte. Yo normalmente le pegaba duro al medio y ese día decidí tirarlo a un costado. Eso quizá pasó por el enfriamiento en el problema de la mitad de la cancha. Si eso no hubiese sucedido, estoy seguro que yo anotaba ese penal, porque después de la pelea todo fue una locura.

P.

¿Todavía se lamenta por ese penal?

R.

No, esto es fútbol, ese tipo de cosas pasan. Todos los jugadores en algún momento fallan un penal, a mí me tocó ese día. Fue doloroso, pero supe pasar la página. Cuando uno ya está retirado, entrenando, entiende más a los jugadores cuando pasan por ese tipo de circunstancias.

P.

¿Qué recuerda de lo que pasó luego en el camerino esa noche en Buenos Aires?

R.

Malestar, todo el mundo muy triste, una que otra discusión, una que otra palabra fuerte de más, normal, lo que pasa en todo camerino luego de perder un partido de esos, una oportunidad tan grande. Luego, recuerdo, nos fuimos a un restaurante muy famoso en Buenos Aires, donde iban muchos artistas argentinos, y allá nos emborrachamos de la tristeza (risas).

P.

¿Ese equipo del 93 merecía esa Copa Libertadores?

R.

Son suposiciones y en el fútbol las suposiciones no sirven. Sé que hicimos un gran torneo, jugamos muy bien, en muchos partidos fuimos superiores, pero fallamos inocentemente en un momento clave y eso en el fútbol de alto nivel se paga. Vélez termina siendo campeón, un Vélez que para mí no nos superó, pero así es esto, si ganaron es porque algo hicieron mejor que nosotros.

P.

¿Su relación con la hinchada siguió siendo la misma después de ese penal o siente que cambió?

R.

No recuerdo, no le di mucha importancia, no estaba pendiente de eso. Pero la verdad no lo sentí así. Yo seguí jugando en el 95 y volvimos a salir campeones. Sinceramente no cometí ningún crimen, era un jugador de fútbol profesional que podía cometer errores y me tocó esa noche, ya está. Te digo algo, el recuerdo más ingrato que tengo de Junior no fue ese penal, fue la salida que tuve en el 96, que no la merecía. Tuve problemas con el DT (‘Piscis’ Restrepo) y no guardo un buen recuerdo de él. Esas actitudes son las que uno ahora como entrenador no quiere repetir.

P.

¿Fue difícil la relación con el ‘Piscis’? ¿Qué sucedió?

R.

Después de salir campeones en el 95, creo que no les dio buen manejo a los jugadores con los que logró el campeonato. Él desarmó el equipo. Sino lo hacía, estoy seguro que hubiésemos salido campeones un año más. Tenía unas maneras de comportarse que no compartía, tuvimos diferencias y finalmente tuve que salir. Con su ayudante, Victor Luna, si tuve una buena relación, él sí me marcó bastante, sabía tratar al jugador, lo entendía. Muy distinto a Restrepo.

P.

¿Entre el título del 93 y el del 95, cuál recuerda con más cariño?

R.

El del 93, por la amistad que yo tenía con varios integrantes del equipo, además recuerdo que ese grupo jugaba de local y de visitante de la misma manera, para adelante, de tú a tú con el que sea, porque teníamos jugadores maduros, muchos de Selección. A eso súmale que ese torneo del 93 fue más exigente, de los largos, de un año entero. Ganarlo era realmente complicado.

P.

¿Le ha seguido la pista al Junior?

R.

La verdad lo veo muy poco, acá no pasan los partidos. Más que todo me veo los partidos internacionales, en la Copa Libertadores o la Sudamericana, pero del torneo local, muy poco. De la actual plantilla reconozco solo a Viera y a Teo. Por ahí veo el programa del profesor Ortega —en EL HERALDO— y me entero de cositas del equipo, cómo le fue y cómo jugó, pero solo eso.

P.

Hace poco Junior tuvo la oportunidad de lograr su primer título continental y nuevamente los penales le jugaron una mala pasada. Esta vez fue Jarlan Barrera quien lo pudo liquidar durante el partido y erró el penal y luego en la tanda también Junior falló, muy parecido a lo que les pasó en el 94 a ustedes…

R.

Sí, la vi. Bueno, son cosas que al final para perder o ganar hay que jugarlas. El fútbol es así. No se sabe lo que puede pasar.

P.

¿Se sintió identificado con lo que le tocó vivir a Jarlan?

R.

No, yo ya estoy muy grande para eso, ya tengo 57 años, no pienso en ese tipo de cosas. Así como le tocó vivirlo a él le pudo pasar a cualquiera, me pasó a mí y les pasará a otros. El fútbol trae esas cosas. Él no se puede dejar marcar por eso. 

P.

¿Cree que Junior merece hace rato un título internacional?

R.

Lo que pasa es que Junior a nivel sudamericano todavía le falta. Ahí, un poco, la gente está equivocada. Ganar internacionalmente no se hace de la noche a la mañana, eso es con tiempo. Junior tendrá su oportunidad, seguro, pero todavía le falta mucho trabajo por delante.

P.

¿Cómo califica su paso por Junior?

R.

Exitoso. Dos títulos. Jugué semifinal de Copa Libertadores. Estuve en Japón una semana con el equipo, participé en varios partidos internacionales. Más que exitoso. Ese penal fallado no opaca mi paso por Junior que para mí fue más que exitoso.

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