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Miguel Borja pasa los días de confinamiento en Tierralta, Córdoba, junto a su familia. El delantero rojiblanco disfruta de los sonidos del campo, comparte con sus más allegados, saca tiempo, sagradamente, para entrenar y mantenerse en forma y guía, desde la distancia, las ayudas que él, a través de su fundación, le brinda a las familias más necesitadas que hoy sufren con todos los embates provocados por la pandemia del coronavirus.

En diálogo con EL HERALDO, el delantero cordobés, de 27 años, cuenta cómo es su rutina diaria tras es el aislamiento obligatorio y analiza toda la situación que pasa en Colombia y el mundo desde un punto de vista religioso.