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En el fútbol mundial la tendencia es contar con volantes que marquen y elaboren, que sean agresivos y creativos al mismo tiempo. Que se pongan el overol y también el frac. Todo en uno. A menos que se llame Lionel Messi, en la élite todos atacan y todos defienden. Ya no es una sola tarea la que se cumple. No se suele admitir los que realizan una sola función.

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En ese sentido, los técnicos le exigen dinámica al que sabe con el balón y respaldo ofensivo al que posee más atributos para lucha. Por eso, de acuerdo a las características de los jugadores con los que se cuenta, se trata de armar un onceno equilibrado con combine técnica, velocidad, despliegue físico y buena talla, entre otros aspectos.

En el Junior actual no se tiene a un Víctor Cantillo, que organizaba y elaboraba jugadas de ataque al lado de uno más combativo y voraz para la marca como Luis Narváez. Iván Rossi y Carlos Esparragoza poseen buena técnica y precisión para pasar el balón, pero no tanto derroche físico y agresividad para recuperarlo como Didier Moreno y Yeison Gordillo, a quienes les cuesta más dominar y acompañar la ofensiva.

{"titulo":"'Si jugamos lindo o feo es cuestión de gustos': Julio Comesaña ","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/julio-comesana-si-jugamos-lindo-o-feo-es-cuestion-de-gustos-945707"}

Ante ese panorama y el opaco momento futbolístico de Daniel Giraldo, que tiene otro perfil como mediocampista, el técnico Julio Avelino Comesaña, en este comienzo de su décimo ciclo en Junior, ha optado por fortalecer la zona posterior primero y por revivir el ‘doble 5’, es decir poner dos volantes de marca netos como Gordillo y Didier al igual que en aquellas épocas noventeras cuando tenía al uruguayo Héctor Gerardo Méndez y a Luis Grau, uno de sus asistentes actuales, como escoltas de ese combo de talento ofensivo que conformaban Víctor Pacheco, Carlos Valderrama, ‘Niche’ Guerrero u Oswaldo Mackenzie e Iván René Valenciano.

Gordillo, que es más especialista en marca, sería Grau. Didier, que tiene un poco más de fútbol y ha mostrado algún apoyo ofensivo jugando como interior, sería Méndez, quien inicialmente era un volante creativo.

'Cuando yo jugaba en el Bucaramanga, ‘el Zurdo’ López me trajo a Junior', recuerda Méndez en diálogo con EL HERALDO. 'Pero Comesaña me dirigió en el Pereira y ya me conocía cuando pasó a Junior. Yo era volante creativo y había hecho muchos goles en Pereira, pero Comesaña me dijo que si quería jugar, tenía que ser volante de marca. Que si no, sería suplente. Me tocó cambiar mi juego. No arrugué la cara, sabía que había jóvenes con gran talento como Pacheco y Mackenzie y no tendría posibilidades. Me adapté al calor y a la nueva función', explica el charrúa, que ahora dirige las categorías formativas del Palermo FC, un equipo en Rocha, Uruguay.

{"titulo":"'Llegarán días para disfrutar más y sufrir menos': Comesaña","enlace":"https://www.elheraldo.co/rincon-juniorista/julio-comesana-hablo-del-triunfo-de-junior-1-0-sobre-bucaramanga-el-trabajo"}

'Lucho y yo éramos los guardaespaldas del ‘Pibe’, Pacheco, Valenciano, Mackenzie, ‘Niche’, Adriano Samaniego, de todos ellos que eran muy buenos atacando', apuntó Méndez, campeón con el club en 1993 y 1995.

'Hubo días complicados, pero el equipo era muy maduro. Cuando Pacheco, ‘el Mono’ (Carlos Valderrama) o Valenciano no andaban, teníamos bien entrenado el 4-2 para saber reducir espacios. Acumulamos muchos entrenamientos con ese 4-2 para aguantar los chaparrones. Ese trabajo y la experiencia de jugadores como Alexis Mendoza, Luis Carlos Perea, Francisco Cassiani, Góber Briasco y Hugo Galeano, marcaban diferencia', agregó.

Grau coincide con Méndez en que se insistía bastante en el 4-2 durante las prácticas y por eso estaba aceitado. 'Era lo que más se entrenaba, era pan nuestro de cada día'.

El asistente técnico de Julio Avelino considera que en esencia el fútbol sigue siendo el mismo y que muchas veces jugó junto a mediocampistas mixtos como Mario Coll o Carlos Ischia ('que era como los de hoy', afirma), solo que ahora el fútbol es más integral para todos y se cuenta con mayor libertad para trasladarse a campo contrario.

'Yo, por ejemplo, solo pisaba el área rival en los tiros de esquina, nunca llegaba por allá. Didier y Gordillo pueden llegar más', dice Grau.

El éxito del dueto Méndez y Grau, que no pudo estar junto en el partido final de 1993, por una sanción del uruguayo, lo que hizo que Comesaña alineara a Mackenzie en primera línea, se debe a un 'entendimiento máximo', según el barranquillero.

'Éramos compañeros hasta en la habitación, andábamos juntos siempre. Y yo tuve profesorazos en esa posición como Galván (Omar Alfredo) y Reyes (Rafael), tipos que jugaban de memoria en ese puesto', rememoró Grau, que en la década del 90 también jugó al lado del samario César Calero, que en sus inicios jugaba de delantero, pero fue transformado por Comesaña en un volante mixto o un tradicional ‘8’.

'Méndez y yo éramos futbolistas solidarios, no nos interesaban los aplausos, estábamos en función del equipo, del colectivo. Éramos aquel futbolista que rara vez salía en el periódico, pero siempre en la alineación del entrenador. No era bueno para la hinchada y la prensa, pero sí para los entrenadores', puntualizó.