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Con una sonrisa esperanzadora Fennys Tovar inicia su relato diciendo:'Yo fui víctima del conflicto'. Así, en pasado, como una condición que dice haber superado y que decidió no cargar como un peso que la frenara en la vida. 'Cuando uno es víctima del conflicto su vida nunca vuelve a ser igual, siempre vive con miedos y angustias de que lo están siguiendo. Cuando tomé la decisión de escribir fue porque decidí no victimizarme más', afirma.

Para Fennys la vida cambió para siempre en 2001, año en el que después de creer que había encontrado 'el trabajo de mi vida' descubrió con sorpresa y temor que estaba atrapada en un campamento paramilitar ubicado en las montañas entre Meta y Casanare.

'Fui víctima de un engaño, yo creí que estaba trabajando en una finca cocinando para mecánicos de Terpel', relata la escritora, quien dice no tener título profesional ni haber completado sus estudios de bachiller.

Semanas después de estar en el campamento y sin sospechar nada más allá de que 'el salario era bastante alto, más del mínimo por una semana', Fennys cuenta que un día vio llegar a una camioneta repleta de soldados, a los que primero confundió con militares.

'Cuando se me acercan, me saludan y me dicen ‘hola patrona, ¿qué tal le parece nuestra causa?’, lo que me pareció muy extraño y ahí vi la insignia en el uniforme de AUC', relata.

Su primera reacción de miedo: 'se metieron los paramilitares', pensó, pero al ver que el resto de los mecánicos reaccionaba con normalidad y compartía con ellos entendió que su trabajo era un engaño.

'Ya se dio cuenta dónde está metida', le dijo la única mujer en el campamento aparte de ella, una paramilitar que pasó a convertirse en la protagonista de su libro, a la que llamó Lulú.

Con ella forjó amistad y a través de su historia, que le contó durante los ocho meses que permaneció en poder de las autodefensas, Fennys escribió Las tres orillas, un libro que hoy concursa para el premio nacional del libro y que la llevará la Feria del Libro de Bogotá para compartir su experiencia de usar el arte para combatir las heridas de la violencia.

'Nosotros los colombianos hemos estados rodeados de esos tres diferentes escenarios, la guerrilla, los paramilitares y el ejército, y todos han dejado víctimas y muertos', dice al explicar el título de su novela, la cual empezó a escribir en 2014 como respuesta a la esperanza de paz que prometían las negociaciones con las Farc en La Habana.

Quien ahora se define como una escritora independiente reconoce que en su retención no la maltrataron físicamente, pero asegura que las heridas sicológicas eran tan fuertes que llegó a desear la muerte.

'El miedo de que lo maten es terrible, yo llegué al punto de estar tan cansada de lo que me tocaba soportar que me quería morir y muchas veces dije: ‘yo me voy a hacer matar'.

Al contar la historia de Lulú, quien fue violada cuando niña y perteneció tanto a la guerrilla como a los paramilitares, Fennys dice que entendió que en este conflicto es muy fácil pasar de ser víctima a victimario y que para poder hablar de paz 'tenemos que conocer realmente que es un conflicto'.

Fennys es optimista y mira con buenos ojos la resolución del conflicto armado. Sin embargo, dice que más que esperar la firma de un acuerdo político, cada ciudadano debe pensar cuál va a ser su papel en el posconflicto y cómo puede ayudar a construir la paz. Ella encontró su catarsis por medio de la literatura e invita a quienes sufrieron cosas iguales o peores que ella a abrir sus corazones al perdón.