El cardenal Keith O'Brien, que renunció el lunes pasado a su puesto de arzobispo de St Andrews y Edimburgo tras ser acusado de “comportamiento inapropiado” en los años 80, admitió hoy que su “conducta sexual” no fue siempre la que se esperaba de él.
Las acusaciones contra el cardenal partieron de tres sacerdotes y un exsacerdote que fueron víctimas supuestamente de la conducta indebida del cardenal cuando se encontraban bajo su tutela en los años 80.
Uno de ellos, hoy casado, relató al dominical The Observer que sufrió acoso sexual del clérigo en su época de seminarista cuando O'Brien era su “director espiritual” y le sometió a acercamientos “inapropiados”.