
Cuatro días después de que una explosión por una fuga de gas en la refinería de Amuay, en el noroeste de Venezuela, causará al menos 41 muertos y 6 desaparecidos, los bomberos lograron ayer extinguir el fuego que aún se cebaba en tres tanques de combustible del centro industrial.
Chávez celebró la extinción del incendio, aprobó fondos para los damnificados y propuso levantar un monumento a los “mártires civiles y militares”, pero no ofreció nuevos datos de daños o víctimas por el siniestro.
De acuerdo con las primeras hipótesis, una fuga de gas fue la causante de la explosión registrada el sábado de madrugada en la refinería de Amuay, parte del Centro Refinador Paraguaná (CRP), uno de los mayores del mundo.
La onda expansiva provocó un incendio en nueve tanques de combustible de la refinería y afectó a medio millar de viviendas en los alrededores, de las que un 10 % quedaron totalmente destrozadas.
“Parece como si ahí cayó una bomba atómica, el impacto que hubo ahí, producto de la explosión de la nube de gas que se formó”, remarcó ayer el presidente.
El ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, informó que se había conseguido apagar el fuego y que los trabajos habían entrado en una nueva etapa de enfriamiento y evaluación de todas las zonas para hacer balance de los daños en los diferentes conductos, válvulas y depósitos.
La mayor parte de los fallecidos eran miembros de la Guardia Nacional o familiares. Efe