Compartir:

Una multitud de parisinos y turistas estupefactos, algunos de ellos llorando y otros rezando, miraban con horror en el centro de París como las llamas devoraban la emblemática catedral de Notre Dame.

Exclamaciones y gritos empezaban a oírse hacia las cuando parte de la aguja se vino abajo, mientras las llamas se extendían por todo el techo.