La Casa Blanca dio a entender este lunes que EE. UU. ejecutó un segundo ataque a supervivientes de un primer bombardeo contra una presunta narcolancha en septiembre en el Caribe, pero insistió en su legalidad y exoneró de cualquier responsabilidad al secretario de Guerra, Pete Hegseth, en un momento en el que el Congreso se dispone a investigar un posible crimen de guerra.
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La Casa Blanca dio a entender este lunes que EE.UU. ejecutó un segundo ataque a supervivientes de un primer bombardeo contra una lancha con presuntos vínculos con el narcotráfico en septiembre en el Caribe, pero insistió en su legalidad y exoneró de cualquier responsabilidad al secretario de Guerra, Pete Hegseth, en un momento en el que el Congreso se dispone a investigar un posible crimen de guerra.
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La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, calificó como “verdadera” la afirmación de que Hegseth no dio la orden directamente, al ser consultada hoy por un periodista en una rueda de prensa. Luego leyó un comunicado en el que la Administración sostiene que el controvertido ataque, revelado por The Washington Post, “tuvo lugar en aguas internacionales y estuvo en conformidad con el derecho en conflictos armados”.
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“El presidente Trump y el secretario Hegseth han dejado claro que los grupos narcoterroristas designados por el presidente están sujetos a ataques letales de conformidad con las leyes de la guerra. Con respecto a los ataques en cuestión, el 2 de septiembre, el secretario Hegseth autorizó al almirante (Frank) Bradley a llevar a cabo estos ataques cinéticos”, leyó Leavitt.
“El almirante Bradley actuó con eficacia, dentro del marco de su autoridad y de la ley que regulaba la operación, para garantizar la destrucción del barco y la eliminación de la amenaza para los Estados Unidos de América”, añadió.
Frank Bradley es un almirante de la Armada estadounidense que en las fechas del ataque era comandante del Comando de Operaciones Especiales Conjunto.
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The Washington Post informó el pasado jueves, citando a funcionarios anónimos, que en el bombardeo del 2 de septiembre, en el que murieron las 11 personas que iban a bordo de una presunta lancha vinculada con el narcotráfico, se llevó a cabo un segundo ataque para matar a dos supervivientes del ataque inicial.
Leavitt, que consideró falsas las informaciones del diario, se limitó a leer de nuevo el mencionado comunicado al ser preguntada sobre qué ley autoriza a no dejar supervivientes.
La portavoz subrayó que la razón por la que el Pentágono está atacando estos barcos en el Caribe y el Pacífico se debe a que “esta Administración ha designado a estos narcoterroristas como organizaciones terroristas extranjeras”.
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“El presidente ha dejado muy claro que si los narcoterroristas están traficando drogas ilegales hacia Estados Unidos, tiene la autoridad para eliminarlos, y eso es lo que está haciendo esta administración”, concluyó.
Varios comités de peso del Congreso están desde hoy intensificando la supervisión, enviando solicitudes de información y preparando revisiones para los próximos días en relación al mencionado ataque.





















