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La Casa Blanca dio a entender este lunes que EE. UU. ejecutó un segundo ataque a supervivientes de un primer bombardeo contra una presunta narcolancha en septiembre en el Caribe, pero insistió en su legalidad y exoneró de cualquier responsabilidad al secretario de Guerra, Pete Hegseth, en un momento en el que el Congreso se dispone a investigar un posible crimen de guerra.