La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto significativo en la salud física y mental de las personas en todo el mundo.
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Las medidas de distanciamiento social, el confinamiento y la preocupación constante por la salud han llevado a un aumento en los niveles de estrés, ansiedad y depresión.
En Japón, un país conocido por su cultura de cortesía y respeto, se ha implementado una interesante iniciativa para tratar las consecuencias emocionales de la pandemia. Se trata de clases para aprender a sonreír.
La sonrisa se considera una parte importante de la comunicación y el trato interpersonal; sin embargo, debido a las restricciones impuestas por la pandemia y al uso generalizado de mascarillas faciales, estas se han vuelto menos visibles y la expresión facial se ha limitado en gran medida. Esto ha llevado a una sensación de desconexión emocional y a una disminución en el bienestar general de las personas.
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Ante esta situación, una escuela en Tokio tomó la iniciativa de ofrecer clases y talleres para aprender a sonreír, reportó el medio BBC News. Al parecer, ciudadanos comunes están dispuestos a pagar por ello.
Así las cosas, Keiko Kawano, unas de las entrenadoras que inició con las clases, fundó la organización Egaoiku (educación de la sonrisa) y su eslogan es lograr una 'sonrisa al estilo de Hollywood'. La mujer ha capacitado a más de 23 personas en el área.
Kawano decía a sus clientes que la clave de una sonrisa con cubrebocas era levantar los músculos de los ojos. Una presentadora de televisión hizo una demostración del método de Kawano en una emisión nacional y una publicación en internet contribuyó a darla a conocer.
La asesora, aunque no tiene formación médica, se inspira en el yoga y hace hincapié en fortalecer los músculos cigomáticos. Esta suele impartir sesiones de una hora, en línea o presencial, a 55 dólares.
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Kawano también imparte cursos de certificación de un día para personas que quieran enseñar a sonreír. Por este taller, la mujer cobra casi 650 dólares, más impuestos.
Estas clases están diseñadas para ayudar a las personas a expresar emociones positivas y a mejorar su bienestar mental en medio de la pandemia. Los participantes aprenden técnicas y ejercicios para fortalecer los músculos faciales, relajar el rostro y transmitir una sonrisa genuina a través de los ojos y el lenguaje corporal, incluso cuando el uso de mascarillas dificulta la visualización de la boca.
Estas clases también se enfocan en el poder terapéutico de la sonrisa. Se ha demostrado científicamente que sonreír puede liberar endorfinas, neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar y felicidad.
Al practicar la sonrisa, las personas pueden activar estos mecanismos internos y mejorar su estado de ánimo. Además, sonreír puede tener un efecto contagioso, generando un ambiente positivo y de conexión emocional con quienes nos rodean.
Además de los aspectos terapéuticos, aprender a sonreír tiene un impacto social importante. En la cultura japonesa, la sonrisa es una señal de cortesía y respeto hacia los demás.
Al mostrar una sonrisa genuina, se pueden establecer conexiones más sólidas y fortalecer las relaciones interpersonales, especialmente en un contexto en el que la comunicación no verbal se ha visto afectada por las mascarillas y el distanciamiento social.
Si bien las clases para aprender a sonreír no son una solución definitiva a los desafíos emocionales generados por la pandemia, representan un esfuerzo innovador para abordar el bienestar mental de las personas. Al proporcionar a los participantes las herramientas para expresar emociones positivas y conectarse con los demás, estas clases contribuyen a mitigar el impacto negativo de la crisis sanitaria.
Es importante destacar que aprender a sonreír no implica ignorar o minimizar los desafíos y dificultades que la pandemia ha traído consigo. Se trata más bien de encontrar formas saludables de manejar el estrés y fomentar la resiliencia emocional en un momento en el que la incertidumbre y la preocupación son comunes.
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