Las mujeres, en la primera línea de lucha contra la pandemia
La ONU advierte las vulnerabilidades y afectaciones de salud, económicas y sociales que enfrentan.
Las mujeres están en el frente de batalla contra el coronavirus. El trabajo de las profesionales de la salud como médicas o enfermeras hace parte de la respuesta de primera línea contra esta pandemia sobre la que, según estimaciones, el 67 % del trabajo sanitario mundial es realizado por ellas, lo que también las hace más vulnerables al contagio.
Vanessa Lambraño es una barranquillera residente de tercer año de Medicina Interna. Su trabajo ha sido incansable en medio de esta emergencia atendiendo largos turnos que, en ocasiones, sobrepasan las 12 horas para atender pacientes en delicado estado de salud, no solo por la COVID-19, sino también por otras patologías graves.
“Las mujeres tenemos un papel muy importante para intentar contener esta emergencia. Nuestra solicitud es que en las clínicas y hospitales contemos con máscaras y adecuados equipos de protección y bioseguridad para protegernos a nosotras mismas y a nuestras familias”.
Las encargadas de la limpieza de hospitales, las voluntarias y cuidadoras de enfermos cumplen una labor indispensable en medio de la crisis sanitaria para atenuar la agresividad de este virus en las comunidades.
María Isabel González es enfermera en una clínica de trasplantes y su principal trabajo consiste en velar por la salud de sus pacientes. Durante este tiempo de cuarentena su trabajo no ha cesado y a pesar de la dificultad que supone para ella movilizarse desde su hogar en Villa Olímpica hasta la clínica en la que labora, tiene claro que lo que está en juego es la vida de personas con la necesidad de trasplante de órganos o tratamientos oncológicos.
“Nuestro trabajo no se detiene porque la vida no puede ponerse en espera”, dice.
A pesar de los graves efectos económicos del coronavirus en casi todas las personas del mundo —por el cese laboral debido a las medidas de confinamiento decretadas en diversos países— la ola expansiva de esta crisis golpea aún más a las mujeres debido a que la fuerza de trabajo de muchos sectores económicos informales, tienen una alta participación femenina, como lo son los viajes, restaurantes, el turismo, el cultivo y producción de alimentos.
Johanna Núñez trabaja como cajera en una tienda de alimentos. Esta mujer, de 25 años asegura sentirse tranquila al poder continuar sus labores con normalidad porque además de que de él deriva su sustento, sabe que de personas como ella depende que los víveres lleguen a las mesas de muchos hogares colombianos.
“El sector productivo, las personas que se dedican a cultivar y las mujeres rurales tienen una gran importancia en esta cadena que es la alimentación. Todos los productos que se cosechan deben ser trasportados eficientemente para la seguridad alimentaria y las mujeres tenemos una gran participación en este proceso”.
A lo anterior, se suma que son las mujeres quienes hacen trabajos relacionados con el cuidado de las personas y el trabajo doméstico. Así como la carga no remunerada del hogar. Según información de ONU Mujeres, las mujeres realizan el triple del trabajo doméstico y de cuidados en el hogar en comparación con los hombres.
La entidad advierte que los hogares liderados por mujeres son “particularmente vulnerables” en tiempos de la COVID-19.
Las mujeres que son empleadas formales de empresas y tienen hijas o hijos se debaten entre sus funciones en el trabajo, el cuidado de los niños, la educación de ellos en casa, el cuidado de adultos mayores (si los hay) y el trabajo doméstico (el aseo, la cocina, las compras, etc).
La Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, Anita Bhatia, insta a los gobiernos a atender las necesidades de las mujeres para fortalecer la respuesta frente al COVID.
“Los gobiernos de todo el mundo están tratando de contener la pandemia de la COVID -19. Si bien algunas voces han señalado las consecuencias sobre las mujeres, aún no se están teniendo en consideración las cuestiones de género en las decisiones que, principalmente, están tomando los líderes mundiales”.
La crisis impacta además en la dificultad de acceder a servicios básicos de maternidad debido a que en la actualidad la atención médica se ha dirigido exclusivamente a los servicios esenciales. Del mismo modo ha afectado la atención relacionada con salud sexual y reproductiva.
Una de las mayores preocupaciones de Onu Mujeres durante el confinamiento es que el distanciamiento social y las restricciones para circular por las calles libremente puede resultar un arma de doble filo para las víctimas de violencia de género, debido a que estas medidas generan un cerco del maltratador alrededor de la víctima que le facilita actuar con impunidad.
Impacto en las mujeres
ONU Mujeres recomienda a los estados adoptar medidas con enfoque diferencial y de género.
- Por el número de profesionales de la salud tienen mayor riesgo de contagio.
- Un gran número tiene empleos informales lo que les impacta económicamente.
- El confinamiento aumenta la violencia y explotación sexual.
- La sobrecarga en la salud impacta en programas prenatales y de salud sexual y reproductiva.
