Proveniente de un hogar con valores, forjado bajo la educación y la unión, Emilse Jiménez, con metas claras para el futuro, pensaba que su profesión era ser bacterióloga, sin imaginarse que su destino era la docencia, por su gran vocación de servicio.
'Al principio, como joven lo que quería estudiar era bacteriología, pero no teníamos la capacidad económica para costear mi carrera. Por esa razón, mi padre me sugirió estudiar una profesión que estuviera al alcance de su bolsillo y luego cuando yo terminara, me costeara bacteriología', expreso Emilse.
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Con un camino largo por recorrer, la entonces joven decidió formarse como Licenciada en Ciencias Sociales, teniendo la oportunidad de ser docente e influir significativamente en jóvenes y adultos.
Relata que, a sus 21 años de edad, en su último semestre de práctica inició a educar en un salón de clases con 40 estudiantes de un colegio, sin embargo, tiempo atrás tuvo su primer contacto con alumnos adultos, siendo maestra de filosofía. Fue justo en ese momento cuando empezó a conocer de cerca la parte humana de su carrera, siendo guía de vida y educación.
'Tenía 21 años en ese entonces. Allí empecé a conocer las vivencias de cada uno de los muchachos, entre 13 y 15 años, de noveno grado. Eso fue lo que hizo que me enamorara de la profesión, saber que hay jóvenes que depositan confianza, que se desahogaban conmigo, que hay tantos inconvenientes en sus familias y yo como docente soy una guía', dijo.
{"titulo":"Jovita, un ejemplo de verraquera que va por las calles de Barranquilla","enlace":"https://www.elheraldo.co/mujer-e-igualdad/jovita-un-ejemplo-de-verraquera-que-va-por-las-calles-de-barranquilla-892278"}
En diálogo con EL HERALDO, la docente, Emilse Jiménez contó que desde 1997 hasta 2022, han sido 25 años dedicándose con amor y entrega —sin parar— a uno de los pilares fundamentales de su vida y su profesión. Como docente considera que la educación es indispensable para formar jóvenes, pero, sobre todo, para trasformar mentalidades y hacer de los alumnos un punto a favor para la sociedad y de ellos mismos.
'Los docentes tenemos algo muy valioso en nuestras manos, que es formar jóvenes. Somos una pieza fundamental para la educación de los muchachos. Sobre todo, para que ellos aprendan a distinguir qué está bien y qué está mal. De ese modo transformamos mentalidades, para que la sociedad se edifique para bien. Además, que los jóvenes se convierten en un punto a favor para la sociedad', indicó Jiménez.
De acuerdo con la educadora, día a día desde su diario vivir se esfuerza por enseñarle a los jóvenes a analizar la vida, hacer críticas constructivas y va forjando los niveles de conocimiento en sus estudiantes.
Experiencia que marcó su vida
La coyuntura de la covid-19 paralizó a la sociedad a nivel mundial, los horarios y las rutinas dejaron en evidencia que los individuos manejaban una cotidianidad.
Con la pandemia llegó la virtualidad a la vida de las personas y el contacto se vio sumergido en las plataformas digitales.
Asimismo, la sociedad buscó mecanismos para adaptarse a la nueva condición de vida y Emilse Jiménez no fue la excepción, se preparó para dar clases virtuales con materiales de estudio en plataformas digitales.
'La educación era 100 % virtual y en algunos casos era autónoma, como docentes nos encargábamos de publicar los materiales de estudio en la plataforma académica y los chicos debían descargar la guía y realizarla. Sin embargo, los jóvenes que no tenían las herramientas digitales decían que iban a desertar de las clases', dijo
En compañía de su esposo, la docente se armó de valor y se encargó de traer a su casa a los alumnos que no tenían los recursos para acceder a la educación virtual, y desde su hogar Emilse evitó que varios de sus estudiantes desertaran.
'Con mi esposo, quien es un soporte, los iba a buscar y los traía hasta mi casa para que pudieran estudiar. Fue bastante gratificante para mí, desde ese momento confirmé que tenía vocación y amo lo que hago, no permití que ninguno de mis estudiantes desertara, los saqué adelante'.
Los alumnos son maestros de vida
'Ustedes trabajan desde sus comodidades, pero se olvidan de nuestras necesidades', fueron las palabras de un joven estudiante hacia la docente, Emilse, en medio de pandemia.
La expresión del estudiante marcó a la profesora, quien contó a este medio que los aparatos tecnológicos no son un lujo, hoy día se convirtieron en una necesidad, porque permite desarrollar muchas de las labores inmersas en la cotidianidad.
Según la educadora, 'la pandemia fue crucial para que muchos docentes se dieran cuenta si realmente amaban lo que hacen'.


















