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El desparpajo y la camaradería son dos de sus principales características cuando están lejos de las aulas de clase y oficinas que ocupan a diario. No en vano, su círculo de personas cercanas las define como unas mujeres alegres que siempre están dispuestas a escuchar y ofrecer su ayuda a quienes las rodean.

Así son las gemelas Yoris y Matilde Camargo, rectoras de las mejores instituciones educativas oficiales en primaria y secundaria, respectivamente, de acuerdo con los resultados del Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) publicados por el Ministerio de Educación Nacional.

Sus inicios

Las mellizas nacieron en la calle 59 con carrera 23, en el barrio Los Andes. Sus estudios primarios los adelantaron en la Escuela No. 13 para Niñas, orientadas por la líder docente Néstar Franco, de quien conservan los mejores recuerdos y asocian con las travesuras que hicieron durante su etapa escolar.

No era fácil para la profesora Franco distinguirlas debido a sus semejanzas físicas, lo que era aprovechado por ellas para confundirla y ayudarse a responder las tareas cuando alguna no cumplía con el desarrollo de sus compromisos académicos. Al percatarse de lo que sucedía, sus compañeras de salón eran las encargadas de alertar a la directora de grupo.

Hoy recuerdan con gracia aquellas chiquilladas y confiesan que, desde pequeñas, les ha gustado competir para determinar quién es la mejor. Cuando niñas, ese deseo de imponerse sobre la otra las llevaba a hacer una carrera –una tomaba la calle 58 y la otra se desplazaba por la 59- para ver quién llegaba primero a casa.

En relación con sus gustos y aficiones, las similitudes están a la orden del día. Yoris, rectora del Instituto Técnico de Comercio, es amante del baile y las fiestas. 'Me encanta el vallenato de Diomedes Díaz y la salsa porque son géneros musicales que se viven con sentimiento', dice.

La directora del Colegio Jorge Nicolás Abello, Matilde, está en la misma sintonía de su gemela. La música tradicional de la región del Magdalena Grande es la que más le seduce tanto para escuchar como para rumbear.

De la misma forma, se declara hincha fiel del Junior y la Selección Colombia, hasta el punto de asegurar que intenta asistir al estadio Metropolitano cada vez que alberga competencias futboleras.

Las dos están de acuerdo al decir que durante su existencia han tenido un vínculo bastante cercano y que desarrollan su labor pedagógica con entereza y respeto. Sin embargo, reconocen que existe una sana competencia para determinar quién impone su sello en materia de logros profesionales.

Vidas paralelas

Para no perder la tradición familiar de la docencia, que inició su hermana mayor Nubia, las mellizas también optaron por convertirse en maestras. Yoris no duda en sostener que ese detalle 'dibujó un horizonte' en la decisión de seguir el camino de la educación.

'Lo que pudimos ver fue el grado de estabilidad y permanencia que ella generó en la familia desde su oficio. Hoy le agradecemos a Dios y la vida por haber seguido esa vocación', apunta Matilde.

La actual rectora del Instituto Técnico de Comercio cursó su bachillerato en el colegio Pestalozzi y luego decidió estudiar licenciatura en Educación. Uno de los hechos que recuerda con mayor aprecio es que Nubia, al recibir su primer salario como profesora, los invirtió en ellas y otra cuota la destinó a apoyar en las responsabilidades del hogar a sus padres.

El cariño y la admiración por su hermana se perciben mientras relata que gracias a ella pudo llegar al plantel educativo que dirige actualmente. En 1972 comenzó su carrera como docente y sostiene que desde ese año se ha dedicado con determinación a sus responsabilidades.

'Fue algo que surgió de forma innata porque me dediqué con empeño, luché por ese plantel y nunca he trabajado en otra institución. Toda la experiencia que he reunido se la debo a este colegio, toda mi vida está allí', dice con voz emocionada.

Hasta 1975 estuvo vinculada al colegio como directora de grupo en distintos grados. Entre 1986 y 1991 se ocupó de la coordinación académica y disciplinaria, cuando todavía tenían ‘apellidos’, antes de ser unificadas.

Al concluir ese año lectivo, la entonces rectora decidió dar un paso al costado. En consecuencia, en enero de 1992, Yoris Camargo asumió la dirección absoluta del Instituto Técnico de Comercio.

Para ella, la educación conlleva una vocación que se refleja en abnegación y entrega por formar a las generaciones del futuro. En ese sentido, sostiene que se trata de un oficio que debe desempeñarse con pasión para que el resultado sea satisfactorio y exitoso.

Por su parte, Matilde es normalista del colegio Pestalozzi y tiene un título de licenciatura en Biología y Química de la Universidad del Atlántico. Desde su perspectiva, la educación se focaliza en la formación de niños y jóvenes en competencias cognitivas y en sus bases como seres integrales capaces de aportar a la sociedad.

Ejerce la docencia desde 1973 en el sector oficial, cuando empezó trabajando en básica primaria de la Escuela No. 10 para Varones, donde se desempeñó durante 15 años. En 1998 llegó al Jorge Nicolás Abello en calidad de coordinadora académica y disciplinaria. Por esos días, la institución estaba ubicada en la categoría inferior del Ministerio de Educación.

Dos años después asumió la rectoría de la institución que representa uno de sus mayores orgullos y que hoy se destaca a nivel nacional por los resultados que arrojó el ISCE.

Claves del éxito

Para la rectora del Instituto Técnico de Comercio, dentro de los factores clave para alcanzar las metas propuestas se encuentra disponer de un colectivo humano capacitado y dispuesto a entregar lo mejor de sí para la consecución de los objetivos más altos.

Aunque reconoce la importancia de su cuerpo de docentes en el proceso, la profesora Matilde destaca que los resultados obtenidos por el plantel en el ISCE se lo deben a las estudiantes, por ser ellas a quienes evalúan. 'Gracias a su esfuerzo y dedicación, el nombre del colegio hoy suena en Colombia', anota.

Desde su punto de vista, el elemento esencial para mantenerse en la cima es la constancia. Por esa razón, señala que están diseñando estrategias para conservar la excelencia alcanzada por el colegio en primaria para extenderla a secundaria.

Sobre el particular, Matilde indica que el Jorge N. Abello se ha enfocado en procesos de innovación y transformación. 'Dos de nuestras novedades han sido la implementación de la jornada única y el bilingüismo, por lo que nuestra propuesta ha ido de la mano con los proyectos del ministerio', apunta.

La clave del colegio para alcanzar el éxito, desde su óptica, es el trabajo en equipo. Resalta que siempre ha existido el compromiso de la comunidad educativa y, después del último reconocimiento, los profesores tienen una mayor motivación para seguir el ritmo.

El objetivo de alcanzar la cima ya lo consiguieron. El desafío que sigue es mayor, mantenerse en ese lugar de privilegio es algo por lo que las gemelas prometen seguir esforzándose.

Encuentro con la ministra

Las gemelas Camargo recibieron una invitación de la ministra de Educación, Gina Parody, para que viajaran a Bogotá y compartieran un almuerzo con la titular de la cartera y su equipo de trabajo. Durante su visita a la capital del país, las rectoras del Instituto Técnico de Comercio y el colegio Jorge Nicolás Abello, también se montaron a un helicóptero de la Policía Nacional y dieron un paseo por municipios de Cundinamarca y Boyacá.

A su regreso, las directivas docentes destacaron que fue una experiencia 'maravillosa' y que reafirmaron a la funcionaria su compromiso de afianzar sus proyectos.