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Mientras Estados Unidos justifica su ofensiva a los buques petroleros venezolanos en la necesidad de combatir el narcotráfico, la delgada línea entre si la estrategia del Gobierno Trump es acertada o, por el contrario, termina siendo piratería estatal empieza a rondar los tribunales internacionales.

Maduro dice que las presiones de EE. UU. son una “prueba” para que Venezuela deje su dependencia petrolera

“No solo estamos interceptando estos barcos. También estamos enviando un mensaje para todo el mundo: la actividad ilegal en la que participa Maduro no puede tolerarse. Tiene que irse. Vamos a defender a nuestro pueblo”, expresó ayer la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem.

La secretaria insistió en que el Gobierno de Maduro “utiliza los dólares” del negocio petrolero para “propagar” drogas que “están matando a la próxima generación de estadounidenses”.

Agencia EFE

“Así que no olviden de qué se trata. Este es un enemigo de Estados Unidos contra el cual estamos tomando medidas enérgicas”, subrayó.

En contraste, según una carta leída este lunes por el canciller venezolano, Yván Gil, el presidente Maduro advirtió que las acciones de Estados Unidos afectarán el suministro de crudo e “incrementarán la inestabilidad de los mercados internacionales”.

En este contexto, alertó sobre “una escalada de agresiones” de “extrema gravedad” con efectos, agregó Maduro, no solo en Venezuela, sino que también “amenazan con desestabilizar” a “toda la región”.

“El bloqueo y la piratería contra el comercio energético venezolano afectarán el suministro de petróleo y energía, incrementarán la inestabilidad de los mercados internacionales, golpearán las economías de América Latina y el Caribe y el mundo, especialmente en los países más vulnerables”, subrayó el mandatario, según leyó su canciller en una transmisión del canal estatal VTV.

“La energía no puede convertirse en arma de guerra ni en instrumento de coerción política”, agregó Maduro.

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Por su parte, el Gobierno chino acusó este lunes a Washington de “violar el derecho internacional” por lo que describió como “una incautación arbitraria de los buques de otro país”.

El portavoz de la Cancillería china Lin Jian declaró este lunes en una rueda de prensa que su país “se opone sistemáticamente a las sanciones unilaterales ilegales que carecen de fundamento en el derecho internacional y no cuentan con la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.

“Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otros países”, agregó el portavoz.

El pasado 10 de diciembre, Washington incautó el buque sancionado Skipper y confiscó el crudo que transportaba.

Días después, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció un bloqueo total a la entrada y salida de este país a buques petroleros sancionados por el Gobierno estadounidense, dentro de la presión que ejerce sobre el Gobierno de Maduro, al que Washington acusa de liderar una red de tráfico de drogas.

Caracas rechazó las dos incautaciones como un “robo” e insiste en que ejercerá “todas las acciones correspondientes”.

Desde la intensificación de la presión por parte de Washington contra Venezuela en el mar Caribe, China ha condenado las acciones, calificándolas de “injerencia en los asuntos internos” del país sudamericano.

ONU debate sobre Venezuela

El Consejo de Seguridad de la ONU debate este martes sobre la situación en Venezuela en una reunión de emergencia que tiene lugar tras los ataques de Estados Unidos a lanchas presuntamente vinculadas al narcotráfico y la interceptación de varios petroleros frente a las costas del país caribeño.

Fue Venezuela quien pidió expresamente una reunión con carácter de urgencia a este órgano de las Naciones Unidas, solicitud impulsada por el bloqueo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los buques petroleros sancionados que salgan y entren del país suramericano.

La reunión del Consejo de Seguridad permitirá a los países miembros analizar la situación y evaluar posibles medidas colectivas, aunque la presidencia no ha precisado aún los temas concretos que se debatirán ni si habrá participación de representantes de Caracas.

De la reunión no se espera la adopción de resoluciones vinculantes, debido al poder de veto de Estados Unidos como miembro permanente del Consejo de Seguridad, pero sí un debate político en el que varios países, entre ellos Rusia y China, aliados de Venezuela y también miembros permanentes, podrían llamar a la desescalada, al respeto de la soberanía y al uso de la diplomacia para evitar un agravamiento del conflicto.

De momento, el debate, que comenzará a las 15:00 hora local (20:00 GMT), aparece descrito en la página web de la ONU como un “informe sobre Venezuela” y las “amenazas a la paz y la seguridad internacionales”.