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Una mujer cuyo hijo nació muerto fustigó a redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram por seguir recibiendo publicidades relacionadas con bebés después de regresar a casa desde el hospital.

Gillian Brockell, periodista del diario The Washington Post, dijo que si estos gigantes tecnológicos fueron lo suficientemente inteligentes como para saber que ella estaba embarazada, también deberían haberse dado cuenta de que había perdido al bebé.