Apertura rutilante
Si La Guacherna (como primer desfile multitudinario que se realiza en la temporada) quedó tan buena, los eventos que le siguen al Carnaval siempre pintan mucho mejor. Es como un presagio para los barranquilleros. Y así sucedió. La apertura de la máxima fiesta de Colombia, el sábado en el Cumbiódromo fue insuperable por su organización. Las carrozas, centenares de danzantes, disfraces, representaciones teatrales y grupos musicales de toda índole convirtieron la Vía 40 en el escenario más importante del país. El pueblo, orgulloso de sus tradiciones, hizo gala de su ingenio, desbordante de alegría y buen comportamiento. Así de exitoso comenzó el goce.
La reina de todos I
El Carnaval de este año no tendría tanta trascendencia a nivel local, nacional e internacional si no hubiera tenido a una reina tan entregada como Carolina Segebre Abudinen. Desde que la nombraron se ganó la admiración y el cariño de los barranquilleros. ¡Se los metió en el bolsillo! Su entusiasmo, admirable energía y liderazgo la convirtieron en la soberana más popular y cambambera de la historia. Es la reina de la Octava e hizo que cuanto festejo se realizara en la ciudad le rindiera tributo, algo nunca visto, a la compositora Esthercita Forero.
La reina de todos II
La aplaudida campaña de Carolina de llevar a más de 150 barrios ‘Pura alegría’ (como dice su slogan carnavalero), ha motivado con entusiasmo al pueblo barranquillero para que se monte en este festivo carrusel que terminará el Miércoles de Ceniza. Porque todos los eventos previos a los 4 días fueron multitudinarios. 'Que todo el mundo se vuelva marimonda y que naaadie se ¡esconda!', una de sus peticiones cuando leyó el Bando, el pueblo lo ha venido cumpliendo al pie de la letra. ¡Ovación para Caro! Una reina sin igual.
La Puerta de Oro brilló I
Elogios y más elogios fue lo que recibió el espectáculo de coronación de Carolina Segebre como Reina del Carnaval 2019, celebrado el jueves en el Estadio Romelio Martínez. Quienes no asistieron no saben de lo que se perdieron. Carnaval: ‘Ciudad Dorada’, así se llamó el show que tuvo un aire teatral en su inicio cuando apareció la soberana encarnando a una guerrera, que vence a quienes pretendían llegar con malas energías para dominar la Ciudad Dorada. Fue una forma de exaltar el espíritu luchador de los barranquilleros, de atesorar las tradiciones, el folclor y su música. De ahí en adelante sucedieron maravillosas escenas que exaltaban nuestra música tradicional, como la cumbia, también la décima. Todos los ritmos que hicieron parte de la puesta en escena (merecumbé, guaracha, mapalé, champeta, etc.), los bailó Carolina. Casi nunca desapareció del escenario, pese a los 10 cambios que hizo de vestuario.
La Puerta de Oro brilló II
Como sucede en las coronaciones de los grandes monarcas, la entrada triunfal de Carolina Segebre, para recibir la diadema, fue a bordo de un lujoso carruaje y con trompetistas de fanfarria. Su suntuoso vestido en cristales y plumas lilas, violetas y fucsias, alusivos a la flor trinitaria, rompió con todos los esquemas, pues nunca una reina había escogido esa gama de colores. El público se puso de pie para rendirle tributo, al mismo tiempo que el cielo se iluminaba esa noche con juegos pirotécnicos.
La ignoraron
En la Batalla de Flores, la Señorita Atlántico María Alejandra Vengoechea lloró desconsolada porque no tuvo carroza para ese desfile en el que siempre han participado las más bellas del Departamento. Sus amigos habían movido cielo y tierra, sin resultado, para que la barranquillera pudiera saludar a los suyos en el Cumbiódromo. El comité seccional no pudo hacer nada porque María Alejandra, como ostenta el título de primera princesa nacional de la belleza es manejada directamente por el concurso de Cartagena, que tampoco hizo a tiempo la correspondiente gestión, pues ya todas las carrozas habían sido negociadas con los patrocinadores. ¡Lástima!
Desaire al artista
A veces los artistas, cuando son estrellas, no se enteran de las actuaciones arbitrarias que en muchas ocasiones hacen quienes los manejan. Resulta que en la noche de coronación de Carolina, el dominicano Eddy Herrera, quien minutos antes había participado en ese espectáculo del Romelio Martínez, quiso saludar a su colega Carlos Vives, encargado de cerrar la velada. Lo esperó afuera del camerino con su representante, pero al cabo de unos minutos el equipo de seguridad del samario lo quitó de ahí 'porque Vives quería ese lugar despejado', según dijo uno de ellos. Vaya atropello para este artista. Si Carlos se hubiese enterado de la presencia del merenguero, seguramente no hubiera pasado esto.


