Los tan anhelados 500 años de Santa Marta, la ciudad más antigua de América, no llegaron de la mejor manera. Tras una semana de celebraciones que cerró con un gran concierto gratuito ofrecido por uno de sus hijos ilustres, Carlos Vives, una onda tropical que hizo su paso cinco días después les agüó la fiesta.
Unos más que otros resultaron damnificados por las cuatro horas intensas de lluvias acompañadas de vientos y hasta tormentas eléctricas que se iniciaron al caer la tarde del domingo 3 de agosto y que se prolongaron hasta las primeras horas de la noche dejando a la ciudad sumergida en un caos del que no se salvaron ni los turistas que ese día, y como suele ocurrir, recorrían la zona histórica que junto a más de otros 50 sectores fueron sacudidos por los estragos de la intensa lluvia.
Según las autoridades de gestión del riesgo, cayeron 155 milímetros de agua, lo que equivale a la lluvia de dos meses, una cantidad que desbordó quebradas y que llevó desde entonces a la activación de la alerta naranja por precipitaciones que puedan desbordar los ríos que rodean la ciudad.
La aludida onda tropical, que como si se tratase de un sismo tuvo una réplica, es decir, un nuevo aguacero, generó el martes 5 de agosto más inundaciones.
Lo peor de todos los estragos sufridos es que la ciudad, que venía arrastrando un histórico problema de agua potable, ahora se le agudizó y desde entonces el preciado líquido ha tenido que ser enviado en carrotanques, que dicho sea de paso no logran llegar a todas las zonas porque las toneladas de lodo que bajaron desde la montaña aún no logran ser removidas de todas las calles. Es una labor que con maquinaria amarilla y ayuda de entidades públicas y privadas está en ejecución.
El problema del suministro de agua requiere ahora más que antes de que las autoridades le metan el acelerador para solucionarlo. Los anuncios que hizo el presidente Gustavo Petro en los actos conmemorativos de los 500 años y que están relacionados con soluciones de agua potable a través de dos plantas desalinizadoras deben pasar del dicho a los hechos ya. Una ciudad turística y la más antigua de Colombia no puede seguir esperando más.
Las lluvias del domingo 3 de agosto llegaron a la capital del Magdalena no solo a agravar una situación de vieja data, sino a poner al descubierto aún más la apremiante necesidad.
El alcalde Carlos Pinedo y su equipo del gobierno distrital no han podido retornar a sus oficinas. Desde la emergencia están en terreno con organismos de socorro, atendiendo a las familias damnificadas que preliminarmente ya son más de 2100 y no solo en 40 barrios como se había dicho en un principio, sino en 54, entre ellos y quizás los más afectados Pescaíto, Bastidas, 17 de Diciembre, Timayuí, Once de Noviembre, Luz del Mundo, San Fernando y Nacho Vives. Las familias que lo habitan lo perdieron todo porque las aguas penetraron las casas y alcanzaron alturas hasta de metro y medio.
Desde hace seis días los samarios están en función de reponerse de lo vivido y a merced de las ayudas de las autoridades y de las personas de buen corazón que quieran donar alimentos, colchones, electrodomésticos, ropa, medicamentos, en fin, todo lo que les sea posible porque las aguas se llevaron lo que en años de trabajo habían logrado conseguir las familias.
Los esfuerzos de la Administración distrital no dan para tanto y tantos, por eso lanzaron la campaña “Santa Marta te necesita”, que tiene como puntos de recolección de ayudas a Casa Grande, Estación San Pedro, Estación Terpel de la calle 22 con carrera 18, Estación Puma de Los Almendros (carrera 19) y Mundo Marino en El Rodadero, en el horario de 9:00 a. m. a 4:00 p. m. El primer aporte a la causa lo hizo el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe -CAF- , que reportó una donación por 200 mil dólares.
Lastimosamente la Perla de América no tiene el brillo que merece por su historia, pues los problemas de agua y de alcantarillado, que es cierto no son novedad, esta vez se hicieron más notorios por cuenta de la naturaleza desbordada. No ha habido, hasta hoy, poder político ni voluntad para que una de las ciudades con mayor relevancia turística del país cuente con el saneamiento básico a la altura de sus necesidades y de la cantidad de visitantes que recibe, locales y extranjeros. Pronto será sede de un trascendental encuentro internacional, el de la Celac y la Unión Europea. Será en tres meses exactamente. Necesita atención y recursos para ponerla a tono. Corre el tiempo. También para que su gente tenga su bienestar garantizado.