En una ciudad como Medellín, en donde el verde impone su fuerza e intenta atemorizar a todo aquel que pretenda derrotarlo en casa, es claro que el precio por una octava estrella para Junior será costoso.
La última vez que Junior visitó al Atanasio en una final ante Nacional fue en el 2004, y hoy, luego de 10 años se desempolva el libro de recuerdos, en donde, la frase introductoria de muchos hinchas rojiblancos indica que 'el tiburón la tiene muy difícil'.
El mediocampista Daniel Machacón y el defensa Francisco Alvear, integrantes del equipo rojiblanco y titulares en el mítico triunfo ante el Rey de Copas, recuerdan los tropiezos y la calentura en el ambiente que se vivió en aquel partido inolvidable para Junior y su afición.
Al plantel tiburón no le fue permitido utilizar su piel tradicional ya que esta podía confundir a los espectadores, en vez de eso, los jugadores se vieron obligados a ponerse la ropa sucia con la cual entrenaron el día anterior: 'El profe Miguel Ángel López dijo que no se podía hacer más, que se les pegaba un número en la parte de atrás', recuenta Alvear, quien minutos antes de iniciar el encuentro había decidido regalar su camiseta de entrenos a un policía.
'Me tocó salir corriendo para encontrar a ese oficial, y poder quitarle la camisa… Los números de muchos futbolistas estaban pegados con goma y no eran los habituales', recuerda.
Sin embargo, este incidente no fue lo único que le sorprendió al cuadro que dirigía el Zurdo López. 'No pensé que Nacional fuese capaz de remontar', reconoció Daniel Machacón, quien puntualiza en la tranquilidad como fundamento de la concentración.
'Después de ese 3-0, nadie esperaba tanta rebeldía de Nacional. Recuerdo que apenas se iba la pelota, en menos de 2 segundos los recogebolas la tenían de vuelta. Se cobraba muy rápido, fue uno de los inconvenientes, además de las desatenciones personales', aseguró Francisco.
'David Pinillos sabrá cómo hacerse cargo de los inconvenientes, él vivió todo eso con nosotros cuando fue asistente técnico. Junior irá precavido en su visita a Medellín ', concluyó Alvear.