El ‘clásico costeño’ dejó un nuevo sabor amargo en Junior. La derrota 3-1 ante Unión Magdalena, en el estadio Sierra Nevada de Santa Marta, golpeó no solo en el resultado sino en el ánimo de un equipo que si bien pelea en lo más alto de la tabla, tiene presentaciones como estas que siembran demasiadas dudas.
El técnico Alfredo Arias, sin rodeos y nuevamente con un discurso autocrítico, asumió la responsabilidad de lo ocurrido en una noche donde el conjunto rojiblanco nunca encontró la manera de imponer su jerarquía.
“No tenemos ninguna excusa. La explicación está en nosotros mismos, en lo que dejamos de hacer o en lo que hicimos mal. Cometimos errores puntuales que nos pusieron en desventaja y errores puntuales después que no nos permitieron empatar. No hay excusa, hay que agachar la cabeza, saber aceptar todo lo malo que venga y todo lo que se nos diga, porque es correcto. Este es un equipo que siempre quiere ganar, pero hoy (el sábado) no lo merecimos, porque más allá de si tuvimos oportunidades o no, nosotros debemos mostrar otra cara”, afirmó el entrenador uruguayo en rueda de prensa.
La derrota en Santa Marta, más allá de lo simbólico que tiene perder el clásico de la región, expuso falencias que se han repetido en los últimos compromisos. Junior es uno de los equipos con mayor capacidad ofensiva del torneo, pero al mismo tiempo uno de los que más goles recibe, un desequilibrio que preocupa a cuerpo técnico e hinchada por igual. El técnico Alfredo Arias lo reconoció sin reparos.
“Un equipo que aspira a ser campeón no puede recibir tanto gol. Más allá de que seamos el que más convierte no podemos recibir tantos goles. Ahora hay que cerrar nuestro discurso, encerrarnos, trabajar más, entrenar más y tener más espíritu y humildad para enfrentar estos momentos”, expresó.
Gracias a la presión alta y la efectividad de sus delanteros, Unión logró remontar rápido el gol de José Enamorado que había puesto a ganar a Junior bien temprano. Los rojiblancos intentaron reaccionar, pero la desconexión entre líneas, sumada a fallas defensivas puntuales, terminó costándole demasiado caro. La sensación entre los aficionados rojiblancos fue de frustración, al ver cómo su equipo, líder y con mejor nómina, se vio superado en intensidad y concentración.
La autocrítica de Arias también se dirigió a la necesidad de un análisis más profundo sobre el momento del equipo, aunque dejó claro que ese diagnóstico pertenece al ámbito interno del vestuario. “El por qué —de las últimas malas presentaciones— exige un análisis más profundo y normalmente yo no hago eso de manera externa sino de manera interna. Y eso lo voy a seguir haciendo en lo que me quede como director técnico en mi vida. Acá afuera, cuando las cosas salen bien, resalto lo que se ha hecho bien, pero el porqué de este momento me lo reservo y lo tendré que hablar con mis jugadores, y lo haremos profundamente para poder enfrentar lo que queda del campeonato de la mejor manera”, concluyó.
Arias y sus dirigidos tendrán que mostrar carácter para superar un golpe que no solo afecta lo deportivo, sino también lo anímico, porque la caída en el Sierra Nevada reaviva críticas sobre la irregularidad del equipo. El técnico, fiel a su estilo, optó por la frontalidad y el reconocimiento de los errores, en un mensaje que busca calar en el grupo para recuperar la confianza y recomponer el camino.
El calendario no da respiro y Junior ya tiene que pasar págoina y centrarse en la Equidad, rival del viernes en Barranquilla.