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Cuando hace un año una lesión la sacó del Mundial de Patinaje que se disputó en Argentina su sueño, de momento, se derrumbó. Sin embargo, se repuso, luchó día a día, se recuperó y ahora festeja por los resultados que logró.

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La barranquillera Kiara Vásquez es un vivo ejemplo de que la vida da revanchas y de que todo llega en el momento justo. En 2022 las cosas no se le dieron por X o Y razón, pero para el 2023 el destino le tenía preparado un desquite a lo grande.

Salió de la capital del Atlántico rumbo a Italia —sede del certamen ecuménico— con una maleta llena de sueños, pero también con muchas expectativas y con un objetivo bien claro: ganar una medalla de oro.

Y vaya que lo logró. La deportista, de apenas 18 años de edad, ganó dos preseas doradas y dos de bronce, siendo una de las más destacadas de la selección Colombia, que se consagró campeona de este torneo.

'Me fui con unas expectativas muy altas, porque me sentía con unas capacidades físicas para poder lograr todos los objetivos que tenía puestos en el Mundial, que era ser campeona del mundo. No fue nada fácil, porque fue mucho trabajo, no solo físico, sino también mental. La preparación, fortalecer la mente en ese aspecto, es bastante importante. Me sentía muy bien para afrontar todas las competencias de la mejor manera, esas fueron las sensaciones del Mundial', le dijo la atleta a EL HERALDO.

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No obstante, la nacida en Barranquilla no se quiere llevar sola el crédito. Le agradece a sus entrenadores y compañeros por la ayuda que le dieron a lo largo de este evento.

'Mis entrenadores estaban muy felices. Me dijeron que hice un buen trabajo, pero que no podía sacarme del foco después de lograr mi primera medalla. Quedaron satisfechos, porque esto es un sacrificio grande. Ellos quedaron muy contentos por mí', manifestó.

'Mis compañeros estaban felices, yo sentía su apoyo, porque no solo es un trabajo mío, sino de equipo. Cualquiera me podía dar un consejo, una estrategia. Ellos fueron una parte importante para lograr la medalla, fueron un apoyo, tanto adentro como afuera de la pista', agregó.

La deportista expresó que no todo fue color de rosa y que hubo una prueba que se le hizo muy difícil. 'La prueba de los 500 metros fue bastante dura. Dentro de las clasificadas estaban equipos fuertes. Primero tocaba resolver de la mejor manera cualquier situación que pasara y así pasaron las cosas'.

La clave

El éxito logrado por esta patinadora barranquillera llena de sueños e ilusiones no sería posible si no hubiese mantenido la calma en los momentos más determinantes del Mundial.

Así lo expresó varias veces durante la charla que sostuvo con este medio acerca del histórico campeonato ecuménico que realizó en suelo italiano.

'La tranquilidad fue la clave. Dentro del Mundial manejas mucha presión, hasta estando dentro del hotel, porque a nosotros nos decían que prueba íbamos a tener un día antes. No saber qué íbamos a hacer al día siguiente nos tocaba un poco la cabeza. Lo único que me mantenía era que estaba haciendo las cosas bien y que cualquier cosa que me pusieran lo haría bien'.

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'Era muy importante mantener la calma. Simplemente pensaba en que no podía tener ansiedad, no debía correr de inmediato, sino pensar con cabeza fría las estrategias. No dejarme abrumar por los errores que pudiera cometer, sino tener muchas ideas positivas para solucionar todos los problemas que se me pudieran presentar en las pruebas', agregó.

Kiara también aprovechó para resaltar la participación de su compañera barranquillera Loraine Barros, quien ganó una medalla. 'Loraine llegó demasiado fuerte al Mundial. Un inconveniente que tuvo es que en una prueba no estaban todas en igualdad de condiciones, porque un carril estaba más inclinado y eso afectaba, pero pudo resolver de la mejor manera su prueba, hizo un gran trabajo'.

El recibimiento

Y como toda campeona, tuvo su recibimiento por todo lo alto. En medio del partido que la selección Colombia disputaba ante Venezuela, por la Eliminatoria Sudamericana, Kiara llegó a territorio currambero y de inmediato se abrazó con su familia.

'Desde antes yo sentía el amor y el calor. Cuando llegué a abrazarlos fue una alegría inmensa. Ellos estuvieron muy pendientes de cada momento que estuve allá. Sabían que era un logro

que yo estaba buscando hace muchos años. Tuve un accidente el año pasado, no fui al Mundial de Argentina, y sabían que yo quería esta revancha. Todos estaban muy felices. Mi familia y mis compañeros de clubes me recibieron con papayera, con bastante comida, como se debe hacer una celebración. Fue algo muy bonito', apuntó.

Su próximo objetivo

Para Kiara lo hecho en el Mundial es algo que jamás borrará de su memoria, pero ya empieza a pasar la página para pensar en su próximo gran objetivo: los Juegos Nacionales, en donde espera dejar en alto el nombre del departamento del Atlántico.

'Me queda un objetivo por cumplir, que es uno de los más importantes: ganar una presea de oro en los Juegos Nacionales, que es el campeonato más importante para cada departamento del país. Toca trabajar duro estos dos meses, prepararme, estar enfocada mentalmente para lograr ese objetivo y dejar el nombre del departamento en alto', concluyó.