Los Búcaros se tomaron la ciudad y derrotaron a Titanes en el Elías Chegwin

Suspenso en la sala. Búcaros puede hacer historia ante Titanes. Octavio Muñoz tiene la oportunidad de dejar con vida el cotejo o, simplemente, sepultar las intenciones localistas. Se le nota cansado antes de lanzar los tiros libres. En una escena casi de cámara lenta, su primer intento amaga con salirse, pero bailando en círculos termina metiéndose en la red. 76-73 quedaban las cargas a solo 21 segundos de agotarse el cronómetro.

Los silbidos y gritos barranquilleros comenzaron a adueñarse del ambiente. Todo el banco y publico estaba de pie. Insólitamente, y como quien quiere agregarle algo más de suspenso a la situación, Muñoz termina fallando su tiro libre. El destino final quedó en manos de los vigentes campeones.

Los jugadores salieron disparados como almas que escapan del cautiverio, mas el retroceso búcaro también fue de buena manera. Siendo así las cosas, la bola quedó en poder de José Defelippo (19 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias). Era el mejor de la noche, el más inspirado. Un guardia para escenas como estas. Frenó su marcha y, venciendo a su perseguidor, envía un elevado que no tuvo destino de gloria. Los crespos quedaron hechos.

La noticia se hizo oficial. Los Búcaros de Bucaramanga se tomaron el coliseo Elías Chegwin y le ganaron por primera vez en toda su historia a los Titanes de Barranquilla (77-73). Una gesta que ya habían dejado escapar en la primera salida de la serie -perdieron 80-75 en los últimos minutos de este miércoles.

No cambiaron muchas cosas con respecto al primer juego, solo el ganador. Una verdadera lucha de contendientes al título. Algo que no se presenciaba desde hace mucho tiempo por tierras costeras. Búcaros volvió a saltar a la duela sin miedo a sus contrincantes.

Sammy Mojica (17 puntos y 6 rebotes) y Ramiro Montes (9 puntos y 5 rebotes) tomaron del carro bumangués. No escondieron sus habilidades y sacaron todo su repertorio. Hacían daño tanto dentro como fuera del perímetro. Daban la sensación de tener serias opciones de llevarse el juego al ajustar su defensa.

En la pintura la guerra fue mucho más intensa. Soren De Luque (12 puntos y 11 rebotes) y Andre Coimbra (8 puntos y 7 rebotes) no vacilaban. Se buscaban el uno al otro y su comunicación era constante. Seguramente nada amigable. El brasileño le logró sacar un par de faltas ofensivas, que sacaron de los cabales al entrenador Tomás Días, pero el samario fue fiel a su esencia y logró retirarlo del juego por acumulación de faltas. Punto para el de la casa.

Llegando a los minutos finales, la figura terminó siendo una vieja gloria del pueblo colombiano. Stalin Ortiz (21 puntos y 8 rebotes) hizo uso de sus charreteras y sacó a pasear a los defensores que lo subestimaron por la edad. Encestó tres triples al hilo que mató con las opciones locales. No hubo celebración titánica.

El panameño Josimar Ayarza se quedó con 13 puntos y 6 rebotes, mientras que el argentino Juan Ignacio Laterza solo pudo sumar 15 puntos y un único rebote. Quedaron a deber los alternantes quienes solo lograron concretar 12 anotaciones entre todos.

Los Titanes de Barranquilla ahora suman un total de tres victorias y una derrota en cuatro enfrentamientos. Un récord que mejorará o empeorará cuando visite a Motilones del Norte en Cúcuta este fin de semana.