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Lo dice a boca llena, con orgullo y convicción: 'El fútbol para amputados me cambió la vida'. Aunque Florencia Núñez Martins apenas tenía año y medio de nacida cuando le amputaron su pierna izquierda tras diagnosticarle cáncer en tibia y peroné, en varios momentos de su vida, sobre todo en la adolescencia y en sus días de colegio, salieron a relucir algunos titubeos en su autoestima.

'Tuve la suerte, para decirlo así, de que me tocara de chica, y toda mi vida ha sido igual, pero en mi entrada al liceo, me daba mucha vergüenza. El qué dirán me afectaba un montón', reconoce ‘Flore’, delantera de la selección Uruguay que disputa desde hoy el Torneo Sudamericano de Fútbol para Amputados, en Salgar, Puerto Colombia.

'Me daba mucha vergüenza mostrar mi prótesis con pantalón corto, me podía morir de calor, pero no salía con pantalón corto', agrega en su diálogo con EL HERALDO.

Sin embargo, hubo un momento en que todo el sonrojo quedó atrás y Florencia fortaleció su amor propio.

'En el 2018 me cambiaron la vida totalmente, fue verlos a ellos (señala a sus compañeros de selección) y decir: ‘¿por qué no mostrarme así tal cual soy?’. Ellos me cambiaron la vida', reitera.

'El deporte es vida para todos, es una calidad de vida hermosa, y este deporte mucho más, te da fuerzas físicas y anímicas, es hermoso', expresa con notable gratitud.

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Un amigo vital

La joven charrúa descubrió el fútbol para amputados a través de Luciano Varela, un viejo amigo con el que jugaba voleibol antes de que él también sufriera la experiencia de perder una extremidad inferior.

A Luciano, que también se encuentra en Barranquilla como integrante del combinado celeste, le amputaron la pierna derecha por un accidente en moto y estuvo sumido en la tristeza, pero por poco tiempo. Su corazón siempre latió por el fútbol y llegó a jugar en la tercera división del Club Atlético Rentistas, de Montevideo. Esa pasión le apagó el dolor y le encendió la llama nuevamente.

'A los dos meses empecé a jugar el fútbol de amputados. Tuve la suerte de jugar el Mundial de 2018, jugamos en la Liga de Argentina y salimos subcampeones. Los deportistas estamos acostumbrados a reponernos rápidamente porque es más lo que se pierde que lo que se gana. Me cortaron la pierna y tuve la suerte de mirar un video de Franco Madero, que es uno de los mejores jugadores amputados de Latinoamérica, y me motivó. Me dije: ‘tengo que ir por acá’. Encaré la rehabilitación y acá estoy', relata Varela antes de hablar de su amiga.

'Florencia es única. No está en el fútbol de amputados por ser mujer, está por tener grandes condiciones y jugar con un gran nivel. Eso hay que dejarlo claro. Está aquí porque, como decimos en Uruguay, tiene los huevos para jugar al fútbol', expresa Luciano Varela, que goza de la admiración de ‘Flore’.

'Luciano es una locura, fue el que me trajo acá. Si él dice lo que dice, es suficiente, me siento muy orgullosa', manifiesta la futbolista.

La única mujer

Ser la única mujer en el Torneo Sudamericano que comienza hoy no es una cuestión extraña para ‘Flore’. En el Mundial de México en 2018 también fue la solitaria representante femenina.

'Ella fue la primera mujer en meter un gol en un mundial de amputados. En México fue novedad. En el primer partido contra Inglaterra, un chico la fue a marcar y se frenó al notar que era mujer. Después se fueron acostumbrando. Ella juega normal, a la par de los hombres, si tiene que pegar, pega, pero es una dama', explica y aclara Lorena Morán, jefe de la delegación.

'A veces se sorprenden, pero a la hora de jugar todo somos iguales dentro del campo de juego. Ella demuestra sus agallas', apunta Luciano.

En la delegación de 25 personas que trajo Uruguay a Barranquilla, hay cinco mujeres: Lorena, su hija Emilia (de solo 17 meses, 'es la hincha más pequeña del mundo'), la entrenadora Leticia Rodríguez, la kinesióloga Alexandra Coto y Florencia.

‘La Flor Celeste’

A ‘la Flor Celeste’, como bien se le podría apodar a la futbolista, le va bien con sus compañeros dentro y fuera de la cancha.

'Ellos siempre me abrieron la puerta desde el primer día, me trataron como uno más, estoy orgullosa de ellos. Siempre con respeto hacia mí. También los rivales, en México me recibieron muy bien, soy una más. No busco que me traten diferente por ser mujer', dijo Florencia.

'Ella comparte habitación con dos compañeros y todo es con respeto. Ella es una dama y ellos dos caballeros. No hay ningún inconveniente', afirma Lorena Morán.

Ni Luis Suárez ni Édinson Cavani son los referentes de Florencia Núñez Martins. Ella ve como 'ídolos' a sus compañeros de selección. 'No me sentiría igual sin ellos, son mi ejemplo a seguir, son mi orgullo, mi fuerza adentro y fuera de la cancha'.

Comprensible. Ellos, a través del fútbol de amputados, le cambiaron la vida.