Duro mano a mano entre el Deportivo Cali y el Deportes Tolima este domingo en Palmaseca. Los dos finalistas de la Liga II-2021 midieron fuerzas en el primer duelo de la serie definitiva por el título, donde los azucareros se destacaron por sus individualidades y juego colectivo, mientras que el equipo Pijao hizo gala de su oficio, carácter y fortaleza física para arañar un empate (1-1) en condición de visitante.
El Cali, como buen local, impuso condiciones desde el pitazo inicial, de la mano de jugadores como Andrés Colorado y Harold Preciado, el más peligroso ayer en la ofensiva del conjunto verdiblanco.
Impulsados por su público, que armaron una fiesta espectacular en las tribunas del estadio Palmaseca, los dirigidos por el técnico venezolano Rafael Dudamel acorralaron a la visita en su campo, presionándolo para buscar un error que les permitiera abrir la pizarra desde temprano.
Preciado, Ángelo Rodríguez y ‘Teo’ trataban de juntarse, pero se estrellaban con la férrea defensa vinotinto, que estuvo también respaldada por la figura de la cancha, el cancerbero William Cuesta, que ahogó en más de una oportunidad el grito de gol azucarero.
El Tolima perdió por lesión a una de sus fichas más importantes, el defensor Sergio Mosquera. Pero como ya es costumbre, supo competir a pesar de esa adversidad y plantó cara en el Palmaseca.
A tres del final, llegó el tanto que desequilibró la balanza a favor del equipo que más había buscado el gol, el Cali.
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Harold Preciado aprovechó un rebote que da el arquero, tras un tiro desde el costado, para empujar la pelota al fondo de la red y desatar la locura en las tribunas del escenario verdiblanco.
Premio a la insistencia del Cali, especialmente la de Preciado que sigue en un estado dulce, anotando siete goles en sus últimas seis presentaciones, la mejor racha en su carrera profesional. Con ese tanto, el delantero verdiblanco iguala con 12 goles a Fernando Uribe, de Millonarios, en la punta de la tabla de artilleros.
El Cali buscó e insistió, pero siempre se estrelló con las manos salvadoras de Cuesta. Y cuando el local parecía cerca del segundo, el Tolima dio un golpe que enmudeció las tribunas del Palmaseca.
Al minutos 60, el paraguayo Gustavo Ramírez saca un cabezazo en el primer palo, a la salida de un tiro de esquina, para empujar la pelota al fondo de la red, dejando sin opciones a De Amores.
Con el 1-1, los Pijaos, mejor acomodados en la cancha, sacaron el oficio y la fortaleza física que los caracteriza para aguantar y llevarse un valioso empate que deja abierta la final de la Liga II.
La última palabra se dirá en el Manuel Murillo Toro de Ibagué, el próximo miércoles, cuando se disputé el juego de vuelta, a partir de las 7:30 p.m.
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