Roberto Castro se puso el viernes la gorra y el bombacho con más emoción. Se alistó como lo hace de costumbre para ir a entrenar a sus pupilos en el estadio de béisbol menor del barrio El Hipódromo de Soledad. Esta vez se uniformó más rápido y se fue a enseñar béisbol en el remodelado escenario que fue acondicionado y ahora tendrá acción nuevamente en las noches gracias a las luces que se le instalaron.
El experimentando mánager agradeció la recuperación del estadio, que dice se estaba deteriorando y cayendo a pedazos. 'Me siento orgulloso y feliz. Tengo la piel de gallina, emocionado, porque cuando yo llegué, aquí había de todo. En el tablero encontraron un muchacho ahorcado, había muchachos consumiendo drogas. Las paredes se estaban cayendo. Entonces esto es lo mejor que se ha podido hacer porque los niños son los que más se benefician y ahora todos ellos están contentos porque cuentan con un escenario digno para la práctica del béisbol', contó con orgullo el mánager del club Hipódromo, que se estrenó el remodelado escenario jugando un partido el pasado viernes en la noche, ante los Cachorros de Barranquilla.