El ex futbolista Víctor Aristizábal declaró que, 'los cargos de Presidente de la República y el de técnico de la selección Colombia de fútbol deben ser ejercidos únicamente por colombianos'. Aseveró, palabras más palabras menos, que ningún entrenador extranjero debería ocupar el banco técnico de la selección, en sustitución de un director de nacionalidad colombiana. Opinión muy personal del ex goleador antioqueño, pero carente de la necesaria argumentación futbolística.
Aparte de la hiperbólica relación que hace entre la función importante de uno (técnico de la selección) con la trascendental del otro (presidente de la nación), deja ver un prejuicio descalificador, cercano a una inquietante, por decir lo menos, postura xenófoba. No acerca elementos de juicio para avalar o discrepar de la elección de determinado seleccionador: sus conocimientos, sus éxitos, sus fracasos, su inexperiencia, etc. Su único y constreñido parámetro es el lugar de nacimiento de éste. Qué tal si, ese tufillo fundamentalista que exhala de esta entrevista, lo hubiesen tenido los catalanes, aun con su reconocida filosofía autónoma, entonces Johan Cruyff, un holandés, no hubiera revolucionado el estilo de juego de su equipo, el Barcelona, piedra basal de todos los éxitos que lo han acompañado después. Solo por no ser Catalán.
Si la obcecación hubiera acompañado a los dirigentes del fútbol, entonces la Colombia futbolera se hubiese privado de absorber los conocimientos y profesionalismo de Zubeldía, Bilardo, De León, Cubillas y muchos más. Ecuador no hubiera disfrutado de los mundiales bajo la dirección idónea y exitosa de técnicos colombianos (Maturana, Gómez y Suarez). Honduras con Reinaldo Rueda y Alexis Mendoza no hubiera conocido el escenario de un Mundial. Chile no hubiera contratado a Bielsa, Paraguay a Martino, Inglaterra a Capello, Estados Unidos a Klinsmann, … Creo que el fútbol genera un vínculo en donde el epicentro, generalmente, es el sentimiento, que se enfatiza cuando se trata de la selección del país, y que produce una doble satisfacción si es un técnico capaz y del terruño. Pero también creo que el nombramiento del seleccionador nacional, no es cuestión de patriotismo, sino de conveniencia y pragmatismo profesional.
En definitiva, de capacidad y no de nacionalidad. Sin razones futbolísticas, la opinión de Aristizábal se degradó en una simple y fea mueca discriminatoria.
Por Javier Castell López