Son muchos los desafíos que la mujer ha afrontado a lo largo de la evolución de la humanidad. Relacionar el ser mujer, la inteligencia emocional y la prevención del suicidio resulta relevante dada su connotación con la salud mental y el bienestar integral de la sociedad en su conjunto.
La capacidad de las mujeres para desarrollar y aplicar la inteligencia emocional no solo tiene un impacto directo en su salud mental individual, sino que también puede influir en la dinámica familiar, las relaciones interpersonales y la cohesión social. Además, reconocer la importancia de estas conexiones puede ser fundamental para implementar estrategias efectivas de prevención del suicidio, no solo entre las mujeres, sino en toda la comunidad.
La inteligencia emocional en las mujeres se refiere a su capacidad de identificar, comprender y gestionar adecuadamente sus propias emociones, así como las emociones de los demás de forma efectiva. Esto implica una sensibilidad y conciencia emocional que nos permite navegar por las complejidades de las relaciones interpersonales y situaciones emocionales de forma hábil y constructiva.
De ahí que, en la compleja red de la vida moderna, la mujer emerge como una figura central, con una inteligencia emocional que no solo moldea su propio destino, sino que también puede desempeñar un papel crucial en la prevención del suicidio. La capacidad de las mujeres para reconocer, comprender y gestionar sus propias emociones, así como las de los demás, ofrece un faro de esperanza en la lucha contra esta sombría realidad.
Es imperativo que los jóvenes, los padres de familia o sustitutos y los educadores reconozcan el poder transformador de la inteligencia emocional y la importancia de cultivar desde una edad temprana. Al brindar un entorno seguro y de apoyo, fomentando el diálogo abierto sobre las emociones y enseñando estrategias de afrontamiento saludables, podemos equipar a las mujeres jóvenes con las herramientas necesarias para resistir la adversidad y encontrar significado y esperanza en momentos de desesperación, así como el considerar la opción de recibir medicación por parte del especialista en caso necesario.
La ONU escogió como tema central para el presente año: "Invertir en las mujeres: acelerar el progreso". De hecho, la asignación de recursos posibilita la implementación de programas educativos y de apoyo dirigidos a fortalecer la inteligencia emocional de las mujeres desde una edad temprana. Las mujeres con una mayor capacidad para regular sus emociones y mantener una actitud positiva pueden ser más capaces de superar los momentos difíciles y resistir la ideación suicida.
A los jóvenes, les instamos a que reconozcan el valor de entender y gestionar sus emociones como una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos de la vida. No tener miedo de pedir ayuda, siempre hay alguien dispuesto a hacerlo. Utilizar el tiempo de manera creativa, hacer ejercicio y tener compañías sanas que disfruten, así como cultivar relaciones positivas que les hagan sentir bien consigo mismo y resaltar las bondades de su personalidad y les apoyen en las áreas que necesita reforzar. Evitar el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas se torna prioritario. Si se siente que está teniendo dificultades para controlar el consumo de sustancias, la ayuda profesional es inminente.
A los padres de familia o sustitutos, los animamos a que fomenten un ambiente de apertura y comprensión en el hogar, donde se aliente la expresión emocional y se brinde apoyo activo a sus hijos.
A los educadores, se les sugiere que integren la educación emocional en el currículo escolar y proporcionen recursos y capacitación adecuados para ayudar a los estudiantes a desarrollar estas habilidades vitales.
"Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento." Proverbios 3:5. Este versículo invita a confiar en una fuente más grande que uno mismo y puede interpretarse como un recordatorio de buscar apoyo y orientación en momentos de dificultad emocional, como parte de la prevención del suicidio. Además, promueve la importancia de la fe y la esperanza en la superación de los desafíos de la vida.
Juntos, podemos crear un entorno que promueva la salud mental y el bienestar de las mujeres, y en última instancia, construir una sociedad más equitativa y compasiva para todos. Es hora de que nos unamos en este esfuerzo vital para fortalecer la resiliencia emocional de las mujeres y nuestros jóvenes en general y construir un futuro más esperanzador y solidario para las generaciones actuales y futuras.
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