La verdad
¿Pueden los medios de comunicación y las redes sociales negarse a publicar información falsa?
Las discusiones éticas entre periodismo y derecho siempre han sido muy pertinentes, pero la realidad actual supone un ejercicio que requiere mayor análisis y concertación, como los es la libertad de expresión en el marco de las redes sociales y la posverdad. El día de ayer, en el marco del Congreso Anual del Colegio de Abogados Rosaristas, se llevó a cabo un panel sobre ética y derecho, en el que participaron Jaime Abello Banfi, Francisco Miranda y Alexandra Montoya, en el que se debatieron temas centrales sobre el periodismo, la ética y la intervención de la justicia en asuntos como las afirmaciones hechas por periodistas a través de redes sociales.
A partir del análisis concreto de casos recurrentes objeto de controversia en el marco del periodismo colombiano, surgió un problema que atañe a la sociedad internacional; la intervención de twitter en afirmaciones hechas por figuras públicas. El caso de los tuits de Donald Trump en los que Twitter anunció que las aseveraciones hechas por el presidente de Estados Unidos no estaban comprobadas y podrían ser falsas, fue un asunto que generó diferentes posturas entre la posibilidad de que dichos anuncios constituyeran un acto de censura o, por el contario, se considerarán una garantía de verificación de los datos que se comparten en la red social.
¿Pueden los medios de comunicación y las redes sociales negarse a publicar información falsa? La discusión amerita matices, pues supone defender de un lado la libertad de expresión, de las personas a recibir y compartir la información que consideren, y por otro, la veracidad de la información y el castigo a la información falsa. En el marco de esta discusión, hay un elemento adicional de especial relevancia; la decisión de ABC, CBS y NBC, las tres grandes cadenas de televisión en abierto en Estados Unidos, de cortar la intervención de Donald Trump, en la que afirmaba que, en las últimas elecciones, en las que resultó ganador Joe Biden, habría fraude electoral.
Al respecto, si bien es cierto que los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la defensa de la verdad como una garantía de la estabilidad democrática y el respeto de los valores de una sociedad liberal, lo cierto es que más allá de la intención de los medios y de las redes, es la sociedad quien tiene la última palabra a la hora de valorar positiva o negativamente la información transmitida a través de estos medios. La posverdad, un asunto que he referido previamente en esta columna, es el mal de la contemporaneidad, pues implica una tergiversación de los hechos a favor de sectores económico y políticos, en detrimento de los cimentos axiológicos de la sociedad moderna.
Lo que Trump diga no va a cambiar el resultado de las elecciones, sin embargo, esto puede dejar un precedente de las atribuciones que pueden tomarse los medios y las redes para limitar las expresiones, calificándolas como verdaderas y falsas según les antoje.
@tatidangond
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