Este domingo sobre los hombros de Duque caerá el fardo que bajo su gobierno la izquierda accedió al poder por primera vez en nuestra historia. Hecho agravado porque fue de frente, sin vericuetos, ya que a Petro se le puede acusar de lo que sea, menos de falso o de hipócrita. Sabiendo que en plena campaña sus propuestas generarían gran rechazo, las lanzó, era lo suyo, a nadie engañó. Seguro que no le hizo caso a su mentor Santos, rey de la tramoya, quien fijo le recomendó que mintiera, o propusiera lo contrario a lo que pensaba. Pero no. Muy claramente dijo lo que, en caso de ser elegido, planeaba adelantar y, pese al dicho que asegura que soldao avisao no muere en guerra, avisó y a todos liquidó. Es que tenía claro que sus contrincantes no eran soldados de batalla, sino cómodos pelechadores de prebendas.
Ganó y, aún antes de posesionarse, a punta de expectativas alimenticias tiene a casi todos los partidos alineados esperando su porción y prestos a apoyar todos los desvaríos propuestos - que ya el Congreso comenzó el trámite de algunos de ellos - mientras exhibe pedazos de pudín que ya entregó y que poco espacio deja para los aspirantes a tajada, que dicho sea de paso hasta a ciertos cómplices dejó por fuera.
Hay ministros designados, que la mayoría reaccionó cual el ingeniero Rodolfo, incontinencia verbal corrida, evidenciando la represión de figuración o de revancha, aún no se sabe. Unos pocos, los de la vieja guardia como Hacienda y Educación, no se radicalizarán y mantendrán las aguas tranquilas por lo menos durante un rato. Hay, claro, algunas propuestas que serán hasta bien recibidas y que plantean austeridad, como lo de la reducción de las Consejerías Presidenciales, más bulla que cabuya, que se espera los actuales no serán reemplazados por militantes del Pacto ni por nadie. Además Petro tiene fama de desoír consejos, así que sobrarán. Otro buen anuncio de reducción es en la diplomacia donde es justo que designen petristas, pero no tantos ni en tan inútiles cargos, que los cachacos se la apoderaron para pagar favores políticos y hasta sociales.
Petro lanzó al país un fuerte reto designando como Mindefensa, a un confeso enemigo de las fuerzas armadas, a las que pretende convertir en un conglomerado sin estructura ni jefatura diferente a la suya. Mala señal. El nuevo gobierno está obligado a rechazar abierta y decididamente el cobarde asesinato de nuestros héroes, y a adelantar acciones en contra de los clanes asesinos.
El caso es que cualquier desastre al que el país se vea arrastrado no será culpa de Petro quien a nadie engañó, ni de los movimientos y grupos de amargados que por él votaron, y ni siquiera de quienes no importó el futuro nacional y no acudieron a las urnas, sino de aquellos parlamentarios que, pudiendo hacer una puntual mayoría que impida cada disparate y proteja la institucionalidad, vayan y aprueben hasta lo irrecuperable a cambio de un plato de lentejas.
Coletilla: Señala Renowitzky a altos funcionarios que nos fallaron. ¡Inútiles! ¡Todos fallaron y es una vergüenza!
rzabarainm@hotmail.com