Lo primero que se debe admitir sin titubeos ni rodeos es que Flamengo es mejor que Junior colectiva e individualmente. El equipo que dirige el técnico portugués Jorge Jesus tiene continuidad en su plantel y en su trabajo. Está consolidado. Funciona como un relojito, con buena elaboración de jugadas y un ataque letal.

Llega a Barranquilla después de levantar el Torneo Brasileirao 2019, el Campeonato Carioca 2019, la Copa Libertadores 2019, la Supercopa de Brasil 2020, la Copa Guanabara 2020 y la Recopa Sudamericana 2020. Solo le faltó ganar el Mundial de Clubes, cuya final perdió en tiempo extra ante nada más y nada menos que el Liverpool, el mejor equipo del universo en este momento.

Pero todo lo anterior no quiere decir que Junior debe salir corriendo, meterse debajo de la cama, comerse las uñas, comprarse un perro, pedir que no se juegue el partido y entregar los puntos. No, para nada, esto es fútbol y sí, aunque suene a frase de cajón y verdad de Perogrullo, cualquier cosa puede ocurrir en la cancha, nada está escrito. Hay miles de ejemplos en los que David venció a Goliat, en los que el favorito sufrió el revés. Precisamente el todopoderoso Liverpool acaba de perder 3-0 ante el modesto Watdford, en la Liga de Inglaterra el fin de semana anterior.

Más allá del resultado, derrota, empate o victoria (ojalá se le dé este último) ante un adversario de peso como Flamengo, Junior debe jugar sin complejos, con carácter, determinación, atrevimiento, valentía y entrega total.

Que Viera haga todo para sacar su arco en cero, que Piedrahíta juegue tan decidido y seguro como se le vio ante Jaguares, sin que se le notara la falta de ritmo, que Fuentes siga en franca mejoría y no se deje traicionar por su temperamento, que a Rosero y Mera no se les vaya una por arriba y sean prácticos por abajo, que Didier Moreno continúe creciendo, que Larry Vásquez juegue como lo hacía en Tolima, que James Sánchez se acomode a la posición en la que lo use Comesaña, que Cetré se mantenga con esa chispa que evidenció en la selección sub-23 y que es capaz de incendiar las defensas rivales. Que Teófilo se inspire y que Miguel Borja defina implacable y corra imparable al atacar y al defender como ante Equidad. No debe caminar la cancha cuando no se tiene el balón. Ah, claro, y que Comesaña acierte en la alineación y en los cambios. Con todo y eso se puede perder, pero hay que darlo todo y tratar de ganar. Eso es lo que espero de Junior.