Los ladrones gambetearon la seguridad de la sede de Junior en Sabanilla y el sábado en la madrugada se robaron dos computadores, dos televisores, uniformes, guayos, equipos de preparación física y fisioterapia, entre otros objetos de valor, pero la garra, los deseos de ganar y la ilusión de gloria del equipo profesional siguen ahí.

Por lo menos eso se vio en la victoria 3-1 ante Santa Fe, el domingo anterior, a pleno sol, en el estadio Metropolitano.

Sin el calor humano de su hinchada, que se debe mantener a la defensiva ante la pandemia, pero con el calor climático, que hacía rato no era su aliado (desde el 20 de noviembre de 2016 no se jugaba a las 3:30 p.m. en el ‘Metro’ un partido de Junior), los rojiblancos domaron la agresividad, ímpetu e intensidad del ‘León’ y le sacaron una buena ventaja para afrontar el partido de vuelta, que seguramente resultará duro y sufrido, como suelen ser en el último tiempo los desafíos del ‘Tiburón’.

No solo triunfaron, le devolvieron la esperanza y la ilusión a gran parte de su afición que todo este año ha visto al equipo con más dudas que certezas y que después del empate 1-1 ante el mismo rival en la Copa Libertadores, prácticamente había tirado la toalla.

Luego del claro y contundente triunfo (que recuerdo: no garantiza nada, todavía faltan 90 minutos), el panorama se ve con ojos menos pesimistas.

Junior al menos no fue sometido por el rival, como ocurrió en los anteriores duelos frente a los santafereños (1-1 ambos), impuso las condiciones y se hizo sentir con un compromiso y espíritu de lucha que encarna a la perfección Willer Ditta, que más allá de cualquier exceso que haya tenido, como el penal que le cometió a Jhon Arias en la Copa, hace rato viene jugando con la actitud que se requiere en un equipo como Junior.

Así, con la disposición de Ditta, de Hinestroza, el jugador más regular de Junior; como jugaron Fuentes, Didier Moreno, Larry Vásquez (la figura de la cancha para mí), así como corrió Borja en el tercer gol, así nadie le va a robar la ilusión a Junior. Al menos en la Liga. En la Libertadores el asunto es más complejo.