En el debate electoral por la Presidencia de la República de Colombia, el ciudadano está siendo sometido deliberadamente por las campañas, a un peligroso fanatismo destructivo de la convivencia social, que puede llevarle a dar muerte a quienes piensan diferente.

Esta psicopatología es propia de sociedades medievales caracterizadas por ser políticamente incultas, mentalmente enfermas y bárbaras, siendo además un claro indicador, en nuestro país, del nivel psicopatológico de los autoproclamados “Presidenciables”, “Influencer”, “Opinadores” y “Líderes de Opinión”.

Para entender mejor la gravedad del fanatismo como fenómeno psicosocial, al que se ve compelida inclementemente la Nación en la actual campaña presidencial, con el objeto de tener un acercamiento al problema, a continuación se presentan varias definiciones.

En el libro “La lógica del Terrorismo”, se indica que el fanatismo es un estado mental caracterizado por la adhesión tenaz y prolongada a ciertas creencias. 

Alonso Fernández, en su obra “Fanáticos Terroristas”, considera fanáticos a los que entregan toda su facultad de creer o creditividad, de un modo absoluto e incondicional, a un tema o una cuestión, con intolerancia sistemática para los juicios y comportamientos discrepantes.

Javaloy, en su texto “Introducción al estudio del fanatismo”, considera que el fanatismo supone una intensa adhesión afectiva a una idea, socialmente compartida, a la que se concede un valor absoluto, que pretende ser realizada destruyendo cualquier obstáculo que se le interponga.

Las anteriores definiciones del fanatismo tienen peligrosamente en común: absolutismo, intolerancia, violencia y alienación, circunstancias que enrarecen la campaña presidencial colombiana, escalando cada vez más la violencia absurdamente en un país de los más violentos y corruptos del mundo.

Lo expresó Alonso Fernández, en “El fanatismo y sus remedios. Psicopatología.”. El fanático idealista combativo como un "iluminado violento" que posee un "ideal sobrevalorado", que se eleva a la categoría de dogma absoluto, con gran carga afectiva que le hace deformar las experiencias y situaciones (catatimia). En el mundo mental del fanático, una o varias creencias adquieren una importancia muy superior a las demás, hasta el punto de transformarse en la mayoría de sus actos.

El problema del fanatismo de la campaña presidencial colombiana se centra por lo menos en tres aspectos medulares: 1.- Fanatismo como psicopatología. 2.- Fanatismo inducido e inconsciente. y, 3.- Fanatismo: responsabilidad de todos.

La patología del fanatismo puede explicarse como resultado del maltrato histórico del ciudadano colombiano, obligado a vivir en una sociedad violenta, desigual e intolerante. Es evidente que se ha inducido a la Nación a un fanatismo político que padece por falta de educación y cultura política. Inconscientemente las personas repiten modelos de comportamiento fanático en contra de quienes, por cualquier motivo, consideran sus adversarios. ¿Eres un fanático político? ¡Peligroso!

@orlandocaba