La democracia debe propender por la libertad, incluye la de pensamiento, expresión, locomoción y por supuesto la política.

Nos parece muy importante que Colombia sea catalogada como una de las democracias más antiguas del continente, circunstancia que, en atención a golpes de estado y gobiernos dictatoriales del hemisferio, la ubican de cierta manera, como una reserva del sistema de gobierno democrático en América latina.

Sin embargo, una cosa significa que se hagan elecciones periódicas y, otra, muy distinta, es que las elecciones por sí solas, garanticen la existencia de una democracia material fundada en la libertad, salvaguarda de derechos civiles y políticos.

No podemos olvidar que Colombia lleva por lo menos 200 años de un sangriento conflicto armado interno, guerra que, en gran medida, ha rezagado la construcción de su democracia.

Ha sido precisamente la libertad, el derecho más vulnerado a los colombianos, a quienes se les ha exterminado por su forma de pensar y expresarse políticamente. En tiempos actuales las redes sociales se han convertido en un elemento tecnológico de “libertad”. Sin embargo, al mismo tiempo, las redes sociales se constituyen en trincheras desde las cuales, muchas veces en el anonimato, se lapida a quienes piensan diferente y “osan” expresarlo.

otras palabras, la libertad es un derecho sagrado en los sistemas verdaderamente democráticos. El respeto a la libertad del adversario, ciudadano e interlocutor no solo es la esencia del sistema democrático, sino que hace parte de la formación, cultura política y background de la persona.

Entonces, no pueden existir sistemas de gobierno democrático sin respeto al derecho a la libertad del ser humano. Por supuesto, el imperio de la ley es el anclaje regulador de las relaciones en sociedad. Libertad y ley, sin duda, son la base fundamental de un estado democrático.

Una democracia formal se caracteriza por tener elecciones periódicas, pero materialmente impide el ejercicio de las libertades ciudadanas, convirtiéndose en verdaderas dictaduras disfrazadas de democracia.

En cambio, una democracia material se caracteriza, de un lado, por el imperio de la ley. Por otro lado, por garantizar el ejercicio de las libertades ciudadanas.

Colombia se apresta a elegir el próximo 29 de octubre a sus alcaldes, concejales, gobernadores, diputados y ediles, sea esta la oportunidad para construir la democracia material, que solo será posible con el voto ciudadano libre.

El protagonista de esta contienda electoral que nos concita es el derecho a la libertad de expresión política. Se debe imponer en las urnas solo el voto libre de todo apremio para que en realidad podamos pregonar que somos una democracia libre.