Nada me alegra más que el éxito que puedan alcanzar nuestra ciudad, departamento, región, familiares, amigos y conocidos, entidades o empresas de nuestra costa Caribe porque siempre viene acompañado de una carga de energía positiva que necesariamente se irriga a su alrededor, y es por esto mi gran satisfacción al conocer que el Grupo Olímpica lanza su nueva cadena “Ísimo” de mercados con oferta de productos más limitada, pero más económicos, para competir con cadenas similares, como la portuguesa ARA y D-1, empresa colombiana, pero ahora con participación accionaria del Plan de Pensiones de Canadá, que adquirió el 19,3% de esta, por un valor de US$334 millones, esto último, para que comprendan los mamertos que en países de economías muy sólidas, como lo es la de Canadá, sí invierten los fondos de pensiones en negocios rentables, y eso allá, a ningún guacharaco le parece corrupción.
En nuestro país, Olímpica es la única gran cadena de supermercados, no solo 100% colombiana, sino 100% barranquillera y como si fuera poco, de una sola familia. Supone uno, que al apreciar cómo D-1 está creciendo a pasos agigantados, hoy con más de 2.000 puntos de venta en Colombia, incrementando el valor de sus ventas totales, hasta el punto de superar al de las cadenas que ocupaban los primeros puestos, Olímpica decidió entrar a competir con el mismo tipo de formato. Y lo hace de manera agresiva, anunciando que al finalizar marzo, contará con 435 puntos de venta, habiendo ya inaugurado los primeros.
Para que mis lectores tengan una idea de cómo funciona la economía de escala en este tipo de negocios, nada más fácil que con un ejemplo. Hice un sencillo ejercicio en varios puntos de uno de esos mercados, con un producto de limpieza que tiene un valor de $2.790, y procuré conocer aproximadamente, cuántas unidades se vendían cada día, combinando uno y otro punto. En estos puntos investigados, se venden un promedio de 86 unidades, lo cual totaliza $239.940 diarios en solo ese producto. Como estos mercados funcionan todos los días del año, al multiplicar $239.940 por 365 días, nos da una venta anual de $87.578.100 en cada punto de venta, que al multiplicarlo por 2.000 puntos en el país, da como resultado final $157.156 millones al año, con ese solo producto. Obviamente, no todos los productos tendrán ese volumen de venta, pero con más de 600 diferentes, la facturación anual resulta inconmensurable.
El anterior ejercicio y ejemplo lo he hecho para demostrar a los empresarios locales la importancia de proyectar el montaje de nuevas agroindustrias e industrias del aseo y similares en nuestra ciudad y región, ya que, tanto tiendas, como estos mercados de bajo costo, distribuyen y promueven productos de muy buena calidad, de marcas diferentes a las muy reconocidas, así que se convierten en los mejores aliados para nuevas industrias. También pude comprobar la casi nula participación de productos de origen barranquillero y costeño en las dos cadenas antes mencionadas, demostrando nuestra poca vocación industrial. Los nuevos negocios de alta tecnología, comunicación e informática, puntean en el universo financiero global, pero los productos alimenticios, de aseo y similares, siempre estarán vigentes, y su producción resulta menos compleja, además de generar gran cantidad de empleos directos e indirectos. A nuestros empresarios con capacidad financiera: ¡Pilas, que es ahora o nunca!
nicoreno@ambbio.com.co