Hay temas que ameritan repetirse en el transcurso del tiempo, ya sea para insistir o para analizar los cambios que se han sucedido en ese transcurrir, y en ese sentido han habido algunos repetidos durante décadas y parecería que continuarán por muchos años más, otros, como el reciente sobre los desarrollos de Argos en el norte de Barranquilla y en Puerto Colombia, ocupó mis últimas diez columnas, un caso único en mis más de 40 años como columnista.
Creo haber cumplido con advertir lo que sucederá a corto y mediano plazo, y solicitar su revisión para no afectar negativamente a nuestra ciudad. Pero hasta aquí mi intervención en el asunto. A otros les corresponderá decidir si se permite o no ese exabrupto.
Lo que sí considero indispensable es que esta situación se analice, debata y decida de la forma más seria y profesional, primando la ética y el bien público por encima del privado, involucrando las instituciones del Distrito, de Puerto Colombia, del Área Metropolitana y del Departamento, de una manera armónica en beneficio de los tradicionales residentes, vecinos de toda esa gran área, de los nuevos compradores de vivienda en ese sector, del medio ambiente y de los inversionistas. Manteniendo informada a la ciudadanía de las decisiones tomadas.
Y ojalá sea posible también diseñar y rediseñar las soluciones de movilidad, sean estas viales o de transporte, con las que se minimicen los problemas propios de un mega desarrollo como el que se allí proyecta. Por último, ser consecuentes con la importancia de mantener una parte considerable del actual ecosistema vecino de la ciénaga de Mallorquín.
Acostumbro reenviar mis columnas a miles, y sé que muchos las reenvían, como también que son muchas las visitas a mi Podcast “Botando corriente con Nicolás”, por esto son numerosos los mensajes que recibo por WhatsApp y por correo, la gran mayoría apoyando las causas que propongo y las sugerencias o respetuosas críticas que formuló, pero obviamente, también de lectores que disienten de mis propuestas, lo cual es lógico.
Afortunadamente siempre en un ambiente amigable, como debe ser el disenso. Sé que no soy dueño de la verdad absoluta, pero como en el lema de EL HERALDO, siempre actuando de buena fe, y en defensa de nuestra ciudad y región, que están por encima de cualquier interés personal.
A la ciudadanía le solicitaría en este caso, estar muy atenta y de ser posible, participar en estas revisiones al POT de Barranquilla y al PBOT de Puerto Colombia, sobre todo a los vecinos de Villa Campestre, Ciudad del Sol y Caujaral, así como a los de La Castellana y Río Alto, porque serán los más afectados. Y ojalá se involucren las universidades a lo largo del corredor universitario. Hasta aquí mi participación en este proceso. ¡Buena suerte!