Presento excusas por ser tan reiterativo con este tema, pero lo considero como mi obligación de barranquillero, y esperaría que de tanto repetirlo este lograra calar en las llamadas fuerzas vivas de la ciudad, Comité Intergremial, Cámara de Comercio, Planeación, asociaciones cívicas, Juntas de Acción Comunal, concejales, y ciudadanía en general, porque la razón por la que aún no hemos logrado las obras de conexión vial interdepartamentales y otras que Barranquilla merece y necesita, ha sido en parte por la pasividad de quienes no han cumplido exitosamente con su responsabilidad para gestionarlas. Pero hoy nuestra voz debe llegar a una empresa, no para que esta construya algo, sino para que esta no promueva un proyecto que nos afectará a todos.
Casi imposible describir la manera como Argos, como una aplanadora sin alma ni sentimientos arrasó con el bellísimo y muy sano bosque seco tropical que servía como un escudo protector al norte de la ciudad. Decenas de verdes hectáreas se convirtieron en un desierto de médano, sin un solo arbolito. Y allí, en lo que se llama “Ciudad de Mallorquín” se levantan hoy decenas de moles que conformarán una ciudadela de 18.000 apartamentos y unos 70.000 habitantes. Ahora del lado del Distrito anuncian su proyecto “Portal del Prado”, 8 súper bloques de mini-apartamentos VIS en una sola manzana, que generarían una densidad poblacional desproporcionada.
Solo basta comparar ese desmedido apetito de Argos hoy, por densificar al máximo su tierra para sacarle la mayor utilidad posible perjudicando al norte de la ciudad, con la muy equilibrada densidad poblacional que hace años generó Cementos Caribe – Urvisa, hoy Argos, en el amplio sector conocido como Buenavista, desde la calle 98 hasta la Circunvalar y entre las carreras 51B a 65, con centros comerciales, hoteles, bellos conjuntos cerrados de casas unifamiliares, espaciados edificios con amplios apartamentos y hasta construyó el paso a desnivel de la carrera 53 con Circunvalación. ¿Qué generó ese cambio en esa empresa que cuando tenía aquí su sede y su fábrica, diseñó y construyó una urbanización que le aportó a Barranquilla, y ahora desde Medellín solo piensa en exprimir al máximo sus tierras, llevándose por delante la calidad de vida de centenares de miles de habitantes incluyendo a sus propios clientes? La dinámica es que Argos urbaniza y empresas constructoras locales y del interior desarrollan enormes edificios que cumplen con lo que la Secretaría de Planeación les permite.
A mí, como columnista barranquillero me corresponde pedirles a todos los involucrados que no solo piensen en sus utilidades, sino también en nosotros, los inermes ciudadanos, y a las fuerzas vivas de la ciudad que despierten para defenderla. Porque ese daño no tendría reversa.