Ha comenzado el año académico en los colegios y universidades a nivel nacional y una realidad es que “la cátedra para la paz” ya pasó de “moda”, en muchas instituciones educativas simplemente se olvidó o se le quitó la importancia, pero en otras instituciones desde sus directivas se prohibió tajantemente que se hablara de paz de cualquier forma, varios docentes y estudiantes me han contado off de record que en sus universidades desde las rectorías no de forma escrita para no dejar huella pero sí de viva voz se ha prohibido dar apoyo a cualquier proyecto que esté relacionado frente a temas de paz, y aun mas , han pedido que los proyectos de investigación que se adelantan desde los semilleros y diferentes áreas de las facultades de alguna manera borren la palabra paz para ir desterrando el concepto.
Cuál es el miedo a la paz, y porque quiere perseguir y acabar la cátedra de la paz, cuatro reflexiones al respecto.
Primero: Vivimos en una cultura de la guerra y la violencia, hay una generación que se siente más cómoda con el discurso del enemigo interno, operaciones militares y terroristas, y ven como si fuera una debilidad conceptos como resolución y negociación de conflictos, acuerdos y paz, se construyó un imaginario y una apología alrededor del “ héroe” de guerra, pero una estigmatización como delincuente frente a quien pueda ser negociador y mediador de un conflicto, existe una fascinación frente a la guerra y un rechazo frente a la paz.
Segundo: El discurso del odio no solo se tomó la política sino que llegó a las aulas de clase, las confrontaciones de posiciones ideológicas y políticas en muchas universidades pasaron a una estigmatización y persecución con estudiantes a quienes han estigmatizado con las famosas frases de “mamerto” “bandido” y “terrorista” , el discurso de la estigmatización no deja espacio para el debate de las ideas y mucho menos permite tender puentes de reconciliación y paz.
Tercero: La cultura de paz no se construye en un gobierno ni depende de una persona, en Colombia desde las alas de la derecha pero también de la izquierda quisieron vender la idea que la paz era casi de decir el nombre de Juan Manuel Santos, y que la paz casi que era un sinónimo de su plan de gobierno, que miopes somos, la paz es una cultura, un estilo de vida y debe ser algo que está marcado en el ADN de una sociedad, la paz debe ser un mantra que repetimos constantemente, porque no se refiere o limita al tema del conflicto armado interno, la paz está en los hogares, en la convivencia de los ciudadanos, y debería ser parte de la personalidad y carácter de cada colombiano.
Cuarto: Varias instituciones educativas vieron esto como un requisito del ministerio de educación, pero no vieron realmente en la cátedra de la paz una oportunidad de cambiarle el chip a una generación de colombianos que no veían en la salida de la violencia y las armas la solución ante cualquier conflicto.
Esperemos que bajo un nuevo gobierno se vuelva a impulsar la cátedra de la paz y ojalá algún día podamos entender que la cátedra para la paz debería ser una política de Estado y norte como sociedad.