Épocas aquellas en que para ser un alto funcionario en las instituciones de la rama judicial se escogía a los hombres de mejor trayectoria, con amplia experiencia judicial, juristas de verdad, qué diferencia a lo que presenciamos hoy en Fiscalía General de la Nación, donde llegó alguien de tan poca talla y trayectoria como Francisco Barbosa, su llegada a tan alto cargo público se dio única y exclusivamente por su amistad entrañable y de décadas con el ex presidente Iván Duque, ese fue su gran logro, ser amigo del presidente, así de fácil, si Francisco Barbosa no hubiera sido amigo de Iván Duque, hoy Barbosa no sería nadie.
Está amistad le sirvió en primer término para llegar a la casa de Nariño como Alto Consejero en Derechos Humanos, cargo para el cual evidentemente no tenía ninguna credencial, ¿Qué defensa había hecho Francisco Barbosa importante en materia de Derechos Humanos en el país? ¿A qué víctimas del Conflicto armado había acompañado?, obvio a ninguna, pero al momento de repartir cargos le dieron este al amigo del presidente. Ahora el problema es que no solo se quedó ahí, sino que en el ajedrez político. Iván Duque, al mejor estilo venezolano tenía calculado tener un empleado suyo en la rama judicial para así poder el tener el control de muchos procesos penales que se venían adelantando en contra de su partido y hasta en contra de su propio jefe político, quien mejor que su amigo de universidad, fiel escudero con quién se tomaba fotos en la campaña para ir con la función del ,"tapen, tapen", y bajo esa estrategia Francisco Barbosa fue ternado por el Presidente de la República para Fiscal General de la Nación y como era evidente se dio su nombramiento.
Barbosa llegó a cumplir su papel de fiscal de bolsillo y todo lo que tuviera que ver con relación al partido de gobierno de esa época y sus amigos desde la fiscalía pedían cerrar los procesos y archivar las investigaciones, y por el otro lado se convirtió en un audaz sabueso en contra de la oposición de ese momento, cabe recordar el hecho que mientras grandes procesos penales del país eran precluidos el fiscal Barbosa quiso abrir una acción en contra la alcaldesa de Bogotá Claudia López porque en la época de la pandemia se encontraba haciendo mercado con su esposa, ese es el talante con el que llegó el Fiscal General de la Nación a trabajar.
Durante toda la administración Duque Ese fue su modus operandi, pero cuando llega el gobierno Petro vimos cómo paso de ser un fiel y sumiso gobernista a convertirse en el líder de la oposición, Barbosa ha querido construir un capital político a través de un enfrentamiento continuo y constante con la figura del presidente Petro, busca desesperadamente estar en todos los medios , dar declaraciones, entrevistas, ruedas de prensa, que la gente lo reconozca como el contradictor número uno de Gustavo Petro, y así cree él que va a forjar una base política y electoral, usando la justicia para hacer política. Su papel es vergonzoso, ver como el fiel de la balanza lo tiene inclinado a favor de sus amigos y jefes políticos, y por el otro lado como es raudo y eficaz para salir a abrir procesos y exigir resultados en contra de sus enemigos ideológicos y políticos.
El caso de Francisco Barbosa se tiene que convertir en un ejemplo en las facultades de derecho de lo que no puede llegar a convertirse la justicia en Colombia, una justicia politizada, ideologizada, instrumentalizada, ojalá que nunca más volvamos a tener funcionarios de tan poca talla en los más altos cargos de la justicia, los cargos estratégicos del país tienen que ser para la gente más preparada, que se retomen los principios del derecho como ejes fundamentales para obrar en justicia, que no volvamos a ver fiscales cuyo único mérito es ser amigo de un presidente, o cómo pasó con Diego Molano en el Ministerio de Defensa que decía que por ser hijo de militares, haber estudiado en el colegio Patria y haber nacido en el hospital militar eran credenciales suficientes para dirigir la cartera de defensa, y vimos cuáles fueron los resultados terribles con la que la dejo, los nombramientos de Barbosas y Molanos solo hacen daño a los ciudadanos de a pie, gente sin preparación ideologizados y adoctrinados que buenas decisiones pueden tomar.
Sin lugar a dudas para el caso Barbosa, este ha sido una de las vergüenzas más grandes para la justicia en Colombia, ni fiscales de bolsillo o líderes de la oposición en los cargos, se necesitan verdaderos juristas en la rama judicial.
@nestorrosania