Diez años de Transmetro
Transmetro es lo mejor que le ha pasado a la movilidad de Barranquilla en toda su historia.
La semana pasada nuestro sistema integrado de transporte masivo cumplió diez años desde su puesta en servicio.
No ha sido una década fácil. Mucho tiempo antes del inicio de la construcción de su infraestructura, cuando apenas se estaban desarrollando los esquemas conceptuales, la idea misma de su implementación ya tenía un significativo plantel de opositores, que sólo se amplió a medida que avanzaban los diseños; un rechazo que inexplicablemente todavía se manifiesta de diferentes formas (a pedradas, por ejemplo).
Aunque ya muchas cosas han mejorado, nos queda un largo camino por recorrer si queremos que los barranquilleros tengamos una manera digna de movernos. Valga la oportunidad de este aniversario para volver a resaltar la importancia del transporte público para cualquier ciudad que pretenda ser competitiva y brindarle una buena calidad de vida a sus habitantes.
Hay que decirlo con claridad: Transmetro es lo mejor que le ha pasado a la movilidad de Barranquilla en toda su historia. Nunca antes la ciudad había experimentado un salto de calidad tan importante en la prestación del servicio de transporte, motivando al resto de la oferta a actualizarse y a reconsiderar su manera de acercarse a los usuarios. Intentos por implementar sistemas de caja única, monitoreo de rutas y modernización de equipos fueron algunos de los impactos inmediatos que se derivaron.
También los ciudadanos empezaron a saber que había otras formas de desplazarse, con más orden, más confort y con mayor seguridad. Transmetro le mostró a los barranquilleros una puerta de entrada hacia una movilidad moderna y sostenible. Sin embargo, el proceso ha sido sumamente complicado.
Quizá el mayor reto que enfrenta a diario el sistema es la coexistencia con las rutas tradicionales, algunas de las cuales insisten en seguir haciendo lo que siempre han hecho, imponiendo su voluntad por encima de cualquier norma en las calles de la ciudad. Tampoco es un desafío menor el explosivo crecimiento de la oferta de transporte ilegal, motocicletas, colectivos y bicitaxis que exacerban la anarquía en las vías públicas.
Todo esto podría explicar los ataques a su infraestructura y el poco sentido de pertenencia que despierta, toda una tarea pendiente. Transmetro debe ser uno de los componentes fundamentales de cualquier esquema de desarrollo para la ciudad. Al sistema hay que ayudarle e inyectarle recursos, no se puede permitir su fracaso.
Es necesario comenzar a planear la construcción de nuevas troncales, la ampliación de su flota, la implementación de nuevas rutas alimentadoras y la integración con otras modalidades de transporte. Hay que seguir creciendo. Felicitaciones a todos aquellos que desde julio del 2003, fecha de su constitución, han logrado sacarlo adelante y mantenerlo en funcionamiento. ¡Y que cumpla mil años más!
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