El talento fue moneda de cambio y la medida de peso inspiradora en la antigüedad de la clara parábola de Jesús de Nazareth según la cual a cada quién se le otorgan herramientas para desarrollar su capacidad productiva exigiéndole cuentas de los rendimientos o ganancias ocasionadas por su gestión eficaz.
Más allá de la importancia teológica del pasaje bíblico, la exigencia y el castigo para el negligente o incapaz, provocan una revisión permanente de la mayordomía o la forma cómo se administran dones, recursos o habilidades con las que se cuenta. ¿Conoces el potencial con el que naciste? ¿Perfeccionamos nuestra experiencia para ser mejores cada día?
Quién produce recibe recompensas proporcionales al fruto de su ingenio y si decide enterrar o esconder su potencial, obtiene el rechazo de aquellos que confían parte de su riqueza esperando mejores resultados. La clave no es cuánto tienes, sino qué puedes hacer con ello. Si haces bastante con poco demuestras que mereces tener mucho más.
Existen muchas maneras de comprender, asumir, aceptar o reconocer la realidad. Quienes niegan la ocurrencia de los cambios ocultan sus intereses o ignoran las razones por las cuales no es viable conservar aquello que se modifica. La capacidad de asimilación del contexto es un indicador del potencial del individuo para adaptarse a nuevas condiciones de interacción con el entorno.
Las minorías tienden a ser víctimas de discriminación, segregación y estigmatización, por el simple hecho de pensar o comportarse de forma diferente, a causa de los altos niveles de intolerancia e irrespeto característicos de tiempos en los que el saber y el hacer parecen recorrer caminos opuestos: Haz lo que sabes para que sepas lo que haces.
La inclusión es ingreso, reconocimiento, pertenencia, aceptación, aprobación y coexistencia. No es la bandera de la ideología cómo muchos defienden, ni la fantasía de la sociedad desigual, injusta y decadente. Tampoco es la batalla permanente de los excluidos sin ser escuchados o atendidos. Debe ser el síntoma de la buena salud social: Es la cuestión que facilita la solución.
La inclusión del talento es la inserción, vinculación, integración y adaptación sistemática o permanente del potencial, las habilidades, el ingenio, la innovación y el espíritu conservador de los valores en los escenarios propios de la existencia individual o colectiva. Es la suma de las razones capaces de superar la discriminación, el rechazo o la estigmatización de las inteligencias.
La ruta es: Valora los mejores, potencia tus virtudes, avanza y practica la inclusión del talento.