Durante la temporada previa al Carnaval y los cuatro días de fiesta propiamente dichos, Barranquilla prodiga alegría, bacanería e integración social. Todos participamos en más de trescientos eventos, entre desfiles, foros, conversatorios, bailes, conciertos, comparsas y disfraces, con más de dos millones de personas en regocijo cumpliendo a cabalidad el mandato real de “quien lo vive es quien lo goza”. La ocupación hotelera alcanza el 100% por la alta afluencia de visitantes y turistas, lo mismo que se registra un gran movimiento del comercio formal e informal, del servicio de taxis, restaurantes y de la economía en general. 

Al mismo tiempo, los municipios atlanticenses ofrecen una variada programación carnestoléndica que complementa la fiesta barranquillera, convirtiendo al Departamento en un territorio inigualable de cultura, jolgorio, goce y alegría.

Todos estos ingredientes hacen necesario que las autoridades redoblen sus esfuerzos para garantizar la tranquilidad ciudadana, tanto de quienes se quedan en sus casas como de los que comparten en la barriada y los asistentes a las multitudinarias jornadas de fiesta. Además, es una responsabilidad de toda la sociedad promover el goce sano de la rumba, alejado de comportamientos agrestes y violentos.

Guardando las proporciones, en el Carnaval de Río de Janeiro, donde más de 4 millones 500 mil personas asisten a los desfiles, los hechos violentos suelen dispararse, teniendo en cuenta que es una de las ciudades emblemáticas y más pobladas del país. En 2019 se registraron 58 homicidios pese a la reducción del 33% de los hechos frente a la festividad en 2018.  

En Barranquilla pasa lo contrario. Si bien no dejan de registrarse casos violentos, casi siempre aislados, los eventos transcurren en calma y priman el buen comportamiento y la seguridad ciudadana. De hecho, la Policía reportó que durante el Carnaval de 2019 se registró una reducción del 32% de los homicidios: 11 casos frente a 15 en 2018; al igual que un descenso del 12 % en riñas y del 64 % en hurtos.

Somos una sociedad pacífica que valora la amistad, la cercanía y la convivencia. Esa condición fue ratificada al cerrarle contundentemente las puertas al terrorismo que en enero de 2018 atentó contra dos estaciones policiales, con una manifestación masiva de rechazo y unos carnavales que ese año se caracterizaron por desarrollarse en paz. 

Pongamos todo de nuestra parte para que el espíritu pacifista y amistoso que nos permite repeler las expresiones violentas y sobreponernos a las dificultades, prevalezca esta semana, durante los cuatro días del Carnaval de Isabella Chams Vega. Para ello, la mejor forma de vivirlo y gozarlo es divertirse en paz, abriendo el espíritu a la relación amistosa y al disfrute pleno hasta que el cuerpo aguante, evitando alteraciones del orden público y atendiendo con amabilidad y alegría a quienes nos visitan, ratificando por qué el Carnaval de Barranquilla es un Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad que trasciende fronteras y clases sociales.