Una marea de opiniones y análisis en el sector educativo y la sociedad en general ha generado la radicación en el Congreso de la República del proyecto de ley estatutaria para regular el derecho fundamental a la educación en todos sus niveles. Es un espacio trascendente y virtuoso de equidad e inclusión que permitirá superar las grandes brechas sociales que mantienen a muchos colombianos sumidos en la desigualdad.

La propuesta del Ministerio de Educación Nacional define a la educación como “un derecho fundamental, un bien común y un deber” y al sistema educativo como “un conjunto articulado de principios, valores, programas, recursos y normas, en el que concurren políticas públicas territoriales, nacionales y globales, sectores, instancias, entidades, establecimientos, instituciones, órganos y demás personas naturales y jurídicas, públicas, privadas y mixtas para la materialización del derecho fundamental a la educación”.

Igualmente, establece los principios de equidad, universalidad, igualdad, inclusión, pertinencia, autonomía escolar, interculturalidad, identidad cultural, protección a las comunidades campesinas, eficiencia, progresividad, sostenibilidad, gratuidad, enfoque territorial, transparencia, enfoque de género, perspectiva de diversidad, democracia y libertad de cátedra.

En educación inicial, el Estado garantizará sus ciclos de forma progresiva, cubriendo prejardín, jardín y transición. Se buscará también que la básica (primaria y secundaria) consolide la formación integral y el desarrollo del ser. La educación media, correspondiente a 10° y 11°, se articulará con la posmedia y la superior.

En educación superior, además de la oferta de las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas, las no oficiales, que atienden el 43 % de la cobertura total (2022 – MEN), han ratificado su compromiso serio y firme con el desarrollo del sistema de educación superior mixto. Para ello, no solo cuentan con una amplia oferta educativa sino con condiciones de calidad e infraestructura óptima, entre otras.

Al asegurar la educación como derecho, se tendrá que aumentar ostensiblemente la cobertura y se hace necesario que las nuevas ofertas y oportunidades de estudio sean de calidad, ya que la educación que logra transformar al ser humano es la de calidad. Todo esto podrá ser realidad a través del trabajo mancomunado, en una sinergia en la que coincidan el sector educativo y la sociedad, que permita atender a toda a la población para desarrollar su proyecto de vida y promover el progreso social.