Lo bueno y lo malo a veces resulta relativo. Ocurre con el uso de la marihuana en el mundo.

Aún recuerdo cuando se inició su comercialización. Todo era euforia, la Guajira se llenó de avionetas gringas que venían a comprar la preciada droga. Algunas personas de esa región empezaron a llenarse de dinero.

Muchos habitantes de la Guajira, con tanto dinero en el bolsillo, vinieron a residenciarse en Barranquilla, donde cerraban restaurantes lujosos para celebrar sus ‘corones’. El valor de la vivienda se multiplicó. A un amigo constructor que había hecho una mansión para su familia, un día le tocaron la puerta: un señor de la Guajira le pidió permiso para ver su casa, y terminó vendiéndosela ese mismo día por tres veces lo que le había costado.

Como el comercio de la marihuana no era legal, la ciudad se volvió un campo de guerra donde las distintas mafias se disputaban el negocio. La inseguridad reinaba. Después llegaron los antioqueños que agregaron formas de violencia extrema que no conocíamos. Fueron años de terror en una Barranquilla tomada por los traficantes.

Estados Unidos, debido al alto consumo, inicia la guerra contra las drogas y el negocio se volvió más violento y lucrativo. Apareció la comercialización de la cocaína en Medellín, mientras acá quedó un reguero de muertos.

Hoy está cambiando el paradigma. La marihuana sale de su mundo oscuro y criminal para caer en manos de médicos y empresarios; y los gobiernos podrán regular su uso y cobrar impuestos.

En una entrevista, el expresidente de México Vicente Fox, ‘lobbysta’ de la transnacional Khiron Life Science Corp., de capitales canadienses y colombianos, sostiene que la marihuana ha demostrado ser benéfica para enfermedades como el párkinson, las neurosis, reduce el estrés, da tranquilidad, palia el dolor y ha demostrado ser un producto útil para el cutis y la piel. Además, no mata como el cigarrillo y el alcohol; por esto muchas naciones —entre ellas Colombia— la han legalizado con fines médicos.

En Estados Unidos 32 estados han aprobado su uso medicinal, y en seis el recreacional. Según Fox, grandes laboratorios están invirtiendo billones de dólares para producción, investigación y para abrir mercado. Afirma el personaje de marras que la industria de la marihuana con fines medicinales creará cientos de miles de empleos en América Latina en un plazo de 3 a 5 años.

Un valor adicional, que muchos líderes como Fox le ven a la legalización, es que se les acabará el negocio a las bandas criminales.

Gran cantidad de homicidios y hechos violentos en nuestra ciudad son producto del microtráfico. ‘Aquí gusta la bareta’: más o menos la mitad del uso de sustancias está vinculado a la marihuana, por lo que muchas bandas criminales se quedarían sin oficio.

Pobre mata de marihuana, tantos años vituperada y controlada por manos criminales. Hoy tus nuevos dueños gastarán millones en publicidad divulgando lo buena que eres. Así es la vida: lo malo es bueno y lo bueno es malo. Todo depende de quién te controle.

Joseamaramar@yahoo.com