Por estos días se han llenado los titulares de prensa de múltiples conjeturas acerca de la familia Char sin respetar del debido proceso y la presunción de inocencia que gozan quienes son investigados. Si bien algunas personas de la familia Char han sido mencionados por parte de la exsenadora Aida Merlano. No se debe perder de vista este derecho a ser tratado como inocente hasta que se emita una sentencia condenatoria, esta garantía ha sido vilipendiada no solo en este caso si no en cualquiera que reviste interés nacional, pues esta garantía debe ser el eje central para que quienes enfrenten una investigación gocen de todos los derechos durante la investigación y el juzgamiento del proceso que atraviesan.

A través de los medios de comunicaciones se han conocido las declaraciones rendidas por la exsenadora recientemente en el caso del señor Julio Gerlein, si llama la atención que solo hasta mucho tiempo después de ser capturada y condenada salió a relucir esa serie de eventos que narra la ex senadora Merlano donde presuntamente se habrían entregado una serie de dineros para la financiación de su campaña y estos ser usados para la compra de votos. Es posible evidenciar una serie de contradicciones e inconsistencias en su declaración que son básicas y no permiten establecer la credibilidad del relato.

Dentro de ellas se narran a la ligera una serie de reuniones sin especificar hora, fecha y lugar específico con descripción para poder hacer un ejercicio debido de defensa, incluso es confuso las sumas de dinero que supuestamente fueron entregas para la compra de votos porque según sus declaraciones hay dos eventos uno licito y otro ilícito en el cual estaría la compra de votos supuestamente apoyada por la familia Char, de allí nace la pregunta cómo se puede establecer que los dineros de una u otra persona tuvieran específicamente esa finalidad de comprar votos, este es solo uno de los múltiples cuestionamientos que surgen al escuchar las declaraciones máxime cuando el único sustento de los señalamientos no tienen elementos que puedan corroborar su dicho como videos o grabaciones para hacer más o menos creíble su testimonio.

Todos estos elementos del testimonio deberán ser estudiados por quien realiza la investigación. De este testimonio se puede concluir que no es veraz y que por el contrario reafirma la inocencia de todos los miembros de la familia Char pues la columna está dedicada a llamar la atención de quienes se convierten en juzgadores de los procesos que enfrentan los demás sin antes conocer y estudiar a fondo aquello que es materia de debate.