La problemática histórica de La Guajira, en los municipios del norte, siempre ha sido la sequía milenaria sufrida por la gran etnia wayuu colombiana, además la desnutrición causada por la hambruna en sus niños. A pesar que no es nuevo, porque en 1885 fue advertida por geólogos que visitaron la península, pero sigue siendo un gran problema. No es un problema coyuntural, sino de fondo, que requiere acciones profundas del gobierno, con políticas de Estado, para acabar de una vez por todas con este flagelo.

La sequía milenaria ha sido el común denominador de esta región; los escasos milímetros de aguas lluvias no son suficientes. El senador guajiro, Alfredo Deluque Zuleta, ha sido enfático manifestando, en los foros, sobre la sequía de La Guajira y la paz de Colombia, que esa problemática es estructural y no coyuntural, es decir; las soluciones deben ser de fondo y no emergentes, dejando sentada su posición en defensa de su tierra: “La Guajira debe ser objeto primordial del gobierno en esta crisis”.

Es preciso señalar que, el Estado debe aplicarse a fondo y otros mecanismos garantizando, inmediatamente, la solución a la vergonzosa calidad de vida, causada por el hambre y la sed en los municipios de Albania, Barrancas, Hatonuevo, Maicao, Manaure y Uribia, incluyendo una parte considerable de Riohacha. Con la salvedad que a los municipios productores de minerales energéticos (los primeros 4 de la lista), les cercenaron sus presupuestos cuando, de manera descarada y de conocimiento público, al departamento le expropiaron sus regalías.

Sin lugar a dudas, el gobierno nacional, ha venido aplicando paños de agua tibia. No olvidemos que los decretos firmados para solucionar esos problemas fueron declarados inconstitucionales. Además de los casos anormales de corrupción, donde funcionarios del gobierno y locales de La Guajira, supuestamente se robaron $61 mil millones en las ollas comunitarias. Lo mismo pasó con la maquinaria amarilla, no han hecho referencia ¡Ay Dios!, esos recursos se esfumaron en proyectos políticos en el Departamento.

Ahora bien, el gobierno nacional tiene la solución, y es el sueño de todos los guajiros, con la represa del Ranchería. Son 198 millones de metros cúbicos de agua, subutilizados, desde el 2010, los cuales serían suficientes para todo el departamento, con mayor atención a los municipios del norte.

Además, puestos en servicio los acueductos de estos municipios, el gobierno debe implementar políticas acordes a lo programado, planificado y realizado, sin olvidar que la otra solución está en las plantas desalinizadoras. Manos a la obra, ¡pues!