Con los grandes males causados con los costos más altos de la energía en toda su historia, al departamento de La Guajira y sus implicaciones para el atraso y por ende para el despegue económico y desarrollo agroindustrial de la Península, debemos mirar, analizar y evaluar otros horizontes para el tan anhelado desarrollo que ha estado a medias, como el niño, cuando comienza a dar sus primeros pasos, con la diferencia que el niño crece y se desarrolla, pero que La Guajira se estanca en sus mismos procesos por la poca visión y la misión que se ha quedado en pañales y una de las variables que más nos ha generado atraso son los altos costos y mal servicio de la energía. ¿Qué hacer para contrarrestar estos polos de subdesarrollos alarmantes y deprimentes?

El camino o el horizonte que se debe direccionar es hacia la energía eólica, donde ya está funcionando un proyecto piloto, instalado y montado por las Empresas Públicas de Medellín, en la alta Guajira denominado “Jepirachi”, debido a la favorabilidad de los vientos de la Península: 10.1 Mts/segundos, en contraste con los de Europa de 8.3 Mts /segundos, lo que hizo viable el proyecto en mención y que genera 24.7 M.V. para el País y que se interconecta a través de la línea Cuestecitas, para toda Colombia, pero que a La Guajira no le genera ninguna ventaja comparativa ni desde el punto de vista de regalías y mucho menos en la disminución de costos de kilovatio/hora, tanto en el sector turístico y mucho menos en el sector comercial e industrial; aunque ya se está desmontando debido a que la tecnología de los aerogeneradores es obsoleta y no se permite la actualización de la tecnología debido a su ubicación en una zona de aproximación del aeropuerto de Puerto Bolívar. Es bueno aclarar que EPM cumplió con todos los compromisos de consulta del parque eólico Jepirachi: como parte de sus compromisos, EMP deja al municipio de Uribia una planta desalinizadora de agua en el lugar donde estaba el parque, con un valor de 3000 millones de pesos, se invirtieron 13.000 millones de pesos en proyectos de inversión social y además, se destinaron 3.600 millones de pesos en contratación social con las comunidades locales.

La energía eólica todavía no está regulada en Colombia, falta hacerla a través de un proyecto de ley, que está en mora de hacerlo el congreso de Colombia, tarea que deben adelantar los parlamentarios y senadores de la región; los proyectos eólicos generan transferencias eléctricas directamente a las comunidades y a los municipios. La reforma tributaria de Petro incrementó el porcentaje de estas transferencias, lo que ha tenido un impacto económico significativo en los proyectos ya que fueron formulados con un porcentaje inicial del 1%.Este estudio de aprovechamiento eólico en la Alta Guajira se realizó en el año 1999 y tuvo la favorabilidad y viabilidad técnica, económica y ambiental de un parque eólico piloto de 24.7 M.V. el costo de instalación fue de 800 a 1.000 US$/KW. La potencia eólica instalada de MW crece cada día, así, en Europa en el 2001 fue de 12.972 MW y en USA, de 2.586 MW. Ya la energía eólica en Europa está en el orden de 40.000 MW y en USA, de 10.000 MW. Teniendo en funcionamiento y en generación de energía este parque en nuestro territorio, ¿por qué no se han tomado iniciativas gubernamentales en esta dirección? Bueno el gobierno de Petro cifra todas sus esperanzas con estas energías limpias y ya se iniciaron varios proyectos en esta vía. Durante la etapa operativa de Jepirachi, se pagaron 131.000 millones de pesos en Transferencias de Servicios Eléctricos (TSE), lo cual es considerado una cifra responsable.

Es importante diferenciar entre las cadenas de generación, transmisión y comercialización de energía. El hecho de que la energía se genere en una determinada zona no tiene una correlación directa con la reducción del precio de la energía. El precio de la energía no lo determina el generador de energía, sino la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG).

Lo otro, en la instalación de estos nuevos parques eólicos es el posicionamiento de los Wayuu en su territorio ancestral, para que por fin, les llegue el tan anhelado desarrollo que le ha sido tan esquivo desde la época de la conquista de los españoles de marras y el abandono secular por parte de sus mismos líderes que han recibido miles de millones por la transferencia de los resguardos indígenas, los cuales han sido dilapidados y por otro lado, los mismos alijunas, que los han utilizado a través de engaños, para beneficio de su propio poder político que han ostentado a través de tantas décadas; en Uribia, hasta alcalde de su misma etnia les dio la espalda y resultó peor que todos sus antecesores, como quien dice, salió peor el remedio que la enfermedad.

Estos nuevos parques eólicos necesitan que a los Wayuu se les reconozca parte de sus beneficios de lo que originaría el nuevo boom de las energías limpias en Colombia y así va a suceder; los wayuu han sido olvidados por centurias por los gobiernos centralistas y les llegó la hora de su compensación. Bienvenidos los nuevos parques eólicos a La Guajira.